jueves, 25 de marzo de 2010

Cambio y Creencias

“La gente no cambia” y “La gente cambia por las cosas que importan": las dos son creencias. ¿Con cuál te quedas?, ¿de quién depende?

Según Robert Dilts: "Las creencias son juicios y evaluaciones sobre nosotros, los demás y el mundo que nos rodea". Las creencias están basadas en lo que nos han enseñado y en nuestras experiencias y tienen una gran influencia en nuestro comportamiento. Son las reglas en las que nos apoyamos. Podemos creer en lo que queramos. Nuestra vida está llena de creencias y de nosotros depende si las usamos para potenciarnos o para limitarnos.

Nos pasamos la vida cuestionando a la gente que tiene creencias diferentes a nosotros. ¿No sería mejor, cuestionar nuestras propias creencias limitadoras? Las creencias limitadoras nos coartan y se convierten en obstáculos. Una creencia potenciadora nos abre y permite que veamos más allá de nuestros ojos. Nos da permiso para llegar allí donde queremos. Hace que nos movamos hacia el cambio y nos enfoquemos hacia nuestro crecimiento. Las creencias son como la gasolina que nos empuja a movernos, si ponemos el foco en lo que nos limita, lo que hacemos es reducir nuestra gasolina hacia el cambio y la transformación. Sin embargo si modificamos nuestra orientación y ponemos nuestra energía en lo positivo, en lo que nos potencia, lo que hacemos es llenar nuestro depósito a tope. Depende siempre de nosotros mismos, de si somos capaces de darnos cuenta, de llevar al consciente, de cuestionarnos. Detrás de muchas de nuestras verdades universales, hay grandes creencias limitantes que nos impiden avanzar, que nos impiden salir de nuestra“zona de confort”. Muchas veces vivimos con creencias impuestas y no somos conscientes de lo que nos restringen. Nos gusta juntarnos con gente que tiene las mismas creencias que nosotros porque nos retroalimentamos. Una creencia no es una verdad absoluta, aunque a veces lo pensemos. Por ello, no podemos pensar que las creencias de los demás son menos válidas. Si soy consciente que es una creencia, y que el otro, tiene derecho a creer de manera diferente, me permitirá ser mas tolerante.

Al cuestionar nuestras creencias tenemos el poder de decidir cuál queremos hacer nuestra. Yo decido creer que puedo, yo decido creer que todo va a salir bien y confío. Si yo pienso que no voy a poder, ni siquiera lo intento ¿Por qué no nos potenciamos más?, ¿qué nos lo impide?, ¿qué es lo peor que puede pasar si cambiamos nuestras creencias a nuestro favor y a favor del mundo que nos rodea?

¿Qué es lo que hace que realmente cambiemos una creencia? ¿Qué nos mueve hacia el cambio? Cambiar es más que ser conscientes, es más que querer cambiar, es más que saber el valor de ese cambio. Es una emoción llena de fuerza que nos lleva a vivir, y la vida es cambio y adaptación. Soy consciente que esto último es una creencia personal. Una creencia que me llena de esperanza, que día a día corroboro y que sin ella me sería imposible hacer lo que hago.

De nosotros y de nuestra percepción del mundo dependen nuestras creencias. “La gente no cambia” y “La gente cambia por las cosas que importan”. ¿Con cuál te quedas?

Vanessa Cortes/ Cambiologa

martes, 16 de marzo de 2010

Coaching de Identidad

No somos lo que creemos que somos, ni siquiera lo que los demás piensan que somos.

Nuestra identidad es mucho más profunda, podríamos decir que es la suma de todas nuestras identidades potenciales y que a menudo como si de una baraja de cartas se tratará queda reducida a una o como mucho a varias cartas de la baraja. A veces ni siquiera nos gusta la carta con la que nos ha tocado jugar, es una etiqueta que alguien colgó sobre nosotros y que en un momento aceptamos sin rechistar, porque nunca nos hemos llegamos a cuestionar o porque creíamos estar cómodos o cómodas con ella.

Pero cuando colgamos etiquetas o cuando aceptamos las que nos cuelgan los demás, lo que hacemos es reducir la carta de barajas de nuestra identidad, congelando y quedándonos con solo una parte de la misma. Y en vez de abrirnos y sentir que somos mucho más, nos cerramos a nosotros mismos y también  hacemos lo mismo con los demás. El coaching de identidad es un coaching orientado al despertar de nuestra conciencia, una invitación a darnos cuenta de todas nuestras identidades potenciales, a no caer en el error de la identificación y a aceptar y reconocer esas otras partes de nosotros que más nos cuesta integrar.

¿Por qué nos identificamos? Muchas veces las personas tenemos una serie de ideas, de creencias sobre nuestra forma de ser, sobre nuestro “Yo ideal”, es decir sobre cómo tenemos que ser o como nos debemos comportar con los demás. Es una especie de “Tengo que ser así, porque si no seré amado, aceptado o reconocido “. Al construir este ideal lo que hacemos es negar la parte de nosotros mismo que no se corresponde con lo idóneo y así es como poco a poco van surgiendo nuestras sombras (aquello que somos pero que no queremos ser porque consideramos que no es lo ideal). Esta identificación nos impide conectar con nuestra verdadera esencia y nos impulsa a negar todo aquello que somos pero que no queremos ser.

Nuestras sombras se pueden convertir en nuestro mayor enemigo cuando huimos o cuando nos resistimos a ellas, porque tal y como dice Robert Dilts todo aquello a lo que te resistes persiste y lo que aceptas te libera, y solo desde nuestra toma de conciencia, desde la aceptación de esa parte de nosotros que también somos pero que no nos gusta tanto podemos liberarnos y hacer algo más grande.

En coaching de identidad el coach ayuda al coachee a tomar conciencia sobre la infinidad de cartas que tiene en su baraja, a reconocer que esa parte ideal de su ser es solo una pequeña parte que él se ha construido para gustar o ser reconocido pero que él es mucho, mucho más… Le invitamos a conectar con sus sombras y a reconciliarse con esa parte que a él que le gusta menos. Le ayudamos a integrarla, a trascender y a hacer algo más grande. Porque somos MUCHO, MUCHO MÁS…



Nuria Sáez/ Cambióloga