lunes, 4 de abril de 2011

Hipnosis Erickoniana, el despertar de tu sabiduría interior

    A priori la palabra “hipnosis” nos puede asustar, porque existe una idea popularizada de que el hipnotizador manda al cerebro del hipnotizado. Podemos decir  que no hay mayor equívoco que esa afirmación. Y es que esta puede ser  fruto de lo que hemos visto alguna vez en  películas de ciencia ficción dónde el hipnotizador come el cerebro al hipnotizado. Nada más lejos de la realidad, la hipnosis no funciona así. La hipnosis es la arte y la ciencia de la utilización de los patrones de comunicación verbal y no verbal para ayudar una persona a entrar en un estado alterado de conciencia: a menudo, pero no exclusivamente, en un estado de trance. El termino hipnosis es derivado del Griego que significa sueño, pues el estado de trance es parecido al estado de sueño.
     Con respecto a los estados alterados de conciencia, podríamos decir que en nuestro día a día todas las  personas transitamos por diferentes estados de conciencia. En un determinado momento estoy tranquilo y de pronto alguien dice una cosa que no sé lo que se dispara dentro de mí que hace que me enfade. Cambiamos nuestros estados de conciencia y muchas veces no tenemos conciencia de cómo lo hacemos. La PNL (Programación Neuro Lingüística) y la hipnosis Ericksoniana nos ayuda a tener consciencia de todo esto.           Además el estudio de la hipnosis y de las técnicas hipnóticas, especialmente las desarrolladas y practicadas por Milton Erickson, fueran la base de las técnicas de la PNL

       Para poder explicar lo que es la Hipnosis Ericksoniana, debemos primero de entender lo que fue la vida de su creador Milton Erickson. Hijo de granjeros, Erickon no fue una persona con suerte, como diríamos el resto de los humanos, en términos de salud: era daltónico y padecía sordera tonal. Además cuando  cumplió los dieciséis años, sufrió su primer ataque de polio. En este momento los médicos dijeron a sus padres que el joven  no sobreviviría y en el mejor de lo casos, no podría caminar nunca más… esto le hizo permanecer en cama, solo podía mover los ojos y sin ninguna sensación corporal, y siendo el oído lo único que no había visto afectado. Esto provocó dos cosas que mas tarde marcarían la base de su trabajo como terapeuta, esos largos y aburridos ratos postrado en su cama los dedicó a dos cuestiones,  la primera es que se hizo un gran observador de las personas y del entorno, del lenguaje verbal y no verbal… y de las incoherencias de las personas… La segunda es que se hizo un gran observador “interno”,  como no podía sentir sus extremidades le  dedicó muchísimas horas a tratar de localizarlas, vigilando atentamente cualquier  sensación de una mano, un pie o un dedo, esto hizo que se hiciera especialmente sensible a cualquier movimiento (calibración) .Y que se convirtiera en un gran experto en los micromovimientos desde la observación, el analizaba cómo se movía un bebe, sus los balanceos al caminar, las microtensiones de los músculos al gatear.. Y después se los aplicaba a los músculos que le habían quedado utilizables para re- aprender a caminar…al año caminaba cojeando.
       A los 50 años le dio un segundo ataque de polio y teniendo que hacer largas sesiones de autohipnosis para lidiar con sus problemas de salud, estuvo en silla de ruedas los últimos 16 años de su vida, incluso tuvo que volver a aprender a hablar…  todo esto fue la base de su excelente  acción terapéutica, a menudo decía que la polio había sido su mejor maestro para aprender sobre la conducta y las potencialidades del ser humano.  Interesado mas en la acción que en la teoría, desarrollo un modelo terapéutico que no se encuadra ni limita a modelo ortodoxo teórico alguno y que estaba basada en la observación y la comprensión del paciente, la creatividad y la necesidad e importancia del cambio, así como en el lenguaje, un lenguaje metafórico y nada imperativo.
       La genialidad del trabajo de Erickson se encuentra en la utilización de los recursos interiores, considerándolos únicos de cada persona, para encarar creativamente los problemas de la vida de todos los días. Para Erickson  aprender la hipnosis es aprender a observar al otro, a comprender su modelo del mundo, aprender a escuchar y  no juzgar al cliente.  Solamente desde la no interpretación es posible identificar y utilizar las informaciones clave que le permitían ayudar al paciente a descubrir el mundo de infinitas posibilidades y abrirle a nuevas opciones.
      Erickson  era capaz de acoger a sus clientes en su forma de funcionar y entender ese estado de conciencia y ayudar a esa persona con sus recursos  a manejar y cambiar estados de conciencia más adecuados. A ese espacio virtual se llamaba hipnosis. Entonces hipnosis es simplemente un espacio donde dos personas se encuentran y se pueden entender. Es un ritual entre dos personas, donde se crea un lugar para que la otra persona esté a gusto, un espacio en el que el terapeuta cuida de su paciente, le hace que se relaje y que movilice toda su sabiduría interior.
      Cuando ese espacio se abre, se puede reorganizar ese estado de conciencia añadiendo sabiduría. Imaginad que alguien tiene una cierta dificultad, por ejemplo, y  que esa dificultad aparece de  pronto, y puede ser que fuera por algo que él aprendió  cuando tenía 13 años de edad. Pero con 13 años tenía una comprensión muy pequeña sobre el mundo. A través de la hipnosis y de ese ritual sagrado es posible reorganizar este estado de conciencia y abrir nueva opciones al paciente. Porque la Hipnosis es un estado en el que la atención está totalmente dentro, recreando qué es lo que ocurre, de la forma más relajada. Y el hecho de revisitar un recuerdo más relajado y en un entorno más seguro,  me permite ampliarlo y cambiarlo, y reorganizarlo.
       La mayoría de nosotros  no vivimos aquí, vivimos dentro de nuestra cabeza. Entonces podemos decir que vivimos hipnotizados todo el tiempo. Porque todo el tiempo estamos comiéndonos el tarro, que esto no va a funcionar, que esto no es cierto, esto no es para mí, el vecino es tonto, mi pareja debería ser diferente, me imagino que él está con otro, me entra una paranoia de celos… Vivimos montando  películas de terror y lo hacemos  nosotros solitos. Así entramos en un estado de consciencia, en un estado hecho polvo. Y si llega mi madre empiezo a pelear con ella como si aquello que he pensado fuera absolutamente real. No, no es real, me he autohipnotizado pero de una forma negativa, generando un estado negativo.
Erickson veía a las personas como un conjunto de recursos y posibilidades y para él era clave que las personas tomarán conciencia de que ellos son responsables de su vida, de sus trances negativos y de su cambio.  Para Erickson, el pasado no era la clave para solucionar el conflicto. Erikcson miraba al futuro y  demostró que el cambio está latente dentro de cada persona,  solo hay que despertarlo.
         En estado de hipnosis, la persona tiene acceso a partes de su experiencia o de su personalidad que no están disponibles a ella en su estado normal de conciencia. La hipnosis tiene que ver con los procesos naturales, con estar presente, observar lo que pasa y fluir,  transitar por espacios que no he transitado. Ayudar a estar profundamente conectados con la experiencia
          Por ello la formación en hipnosis Ericksoninana  es esencial en nuestro sendero de transformación personal, porque nos permite manejar estos estados de conciencia con más facilidad. El objetivo de la formación en hipnosis es aprender que tú puedes estar conectado con tu vida y que tú puedes estar bien. A través de esta formación las personas adquieren un mayor conocimiento sobre la manera de manejar su propia vida, sobre cómo empezar a asumir su propia responsabilidad. Erickson propuso que terapia es todo aquello que cambia la pauta de conducta habitual. Porque tal y como dice nuestro maestro Allan Santos “No hay atajos, solo hay  un camino para estar bien que es currártelo”. Y no olvidemos que de lo único que no podemos escapar en esta vida es de nosotros mismos.

                                           Nuria Sáez Lahoz
                                           Socia Directora Escuela InCrescendo

Artículo Publicado en el mes de Abril 2011 en la Revista Espacio Humano