miércoles, 5 de septiembre de 2012

Hoy os dejamos el artículo de Nuria Sáez publicado en la revista "Espacio Humano" de septiembre 2012.


Coaching para CONECTARNOS con la vida: Embajadores de conciencia
    En este artículo desde la Escuela InCrescendo abordamos la importancia del conectarnos con la vida, muchas veces en vacaciones tratamos de desconectarnos de lo que nos preocupa y eso no nos hace evolucionar, lo realmente importante es CONECTARNOS con la experiencia, independientemente de cómo sea,  para aprender a manejar la vida. Introducimos el concepto del coaching como un embajador de conciencia, que desde su ejemplo y presencia inspira a los demás.

     Hemos pasado la mayoría las vacaciones y una de las frases más escuchadas entre las personas que vuelven es “que bien, he desconectado un montón”. Tradicionalmente, cualquier periodo vacacional sirve para “desconectar”. Pero ¿desconectar de qué? Si preguntas, la gente se desconecta del trabajo, de la situación de desempleo, de la crisis, de los problemas cotidianos, del día a día… Normalmente queremos desconectar de aquellas experiencias de la vida que no nos gustan y que nos pueden  generar desgaste.  Además cuando “desconectamos” en vacaciones  buscamos situaciones “fáciles” en las que no solemos  abordar nuevos retos, situaciones que aparentemente no implican desgaste alguno,  y que normalmente no nos hacen evolucionar. La cuestión ahora es, ¿sirve para algo esa desconexión? Parece que a corto plazo, el disfrutar de unas horas mas de sueño, de tener otro tipo de actividades, de tomarnos unas cañitas a la hora del aperitivo, el poder disfrutar de un rato de siesta o el poder dedicar un rato a bailar por la noche tiene sus efectos… a corto plazo. Creo que más de uno estará de acuerdo conmigo, que esa sensación de “desconexión” se vuelve en “añoranza vacacional” a las pocas horas de volver a aterrizar en “la cruda realidad”.  Y por ello debemos preguntarnos ¿realmente es efectivo solamente el desconectar para aprender a vivir y a manejar nuestra vida? Si nos ceñimos a su definición, efectividad es la capacidad de lograr un efecto deseado. Stephen Covey define la efectividad como el equilibrio entre la eficacia y la eficiencia, entre la producción y la capacidad de producción. En este sentido, nuestra producción serían “los días que vivimos sin tanto desgaste” frente a nuestra capacidad de producción que es vivir la vida sin desgaste.  Si prestamos atención al cociente antes y después de las vacaciones, veremos que el efecto “desconexión” no mejora ese resultado, luego las vacaciones no han sido demasiado efectivas.

     La raíz de este asunto es que “desconectar “no es la  solución más efectiva. Desconectar solo nos ayuda a salir de la experiencia de nuestra vida sin haber resuelto el manejo de la experiencia. Desconectar lo único que genera es una tregua o aplazamiento de la experiencia. Mi propuesta es que cambiemos el concepto y utilicemos una parte de las vacaciones y nuestra vida, para aprender a conectarnos. Conectarnos con la vida es lo único que garantiza que una persona pueda vivir cualquier cosa relacionada con su existencia.  Es lo que garantiza que podamos aprender a  manejar lo que nos toque vivir en cada momento, venga lo que venga. Luego las vacaciones también pueden ser un buen momento para  “aprender a manejar la vida”, y  vivir todo lo que tengamos que vivir no desde la desconexión sino desde la conexión a cualquier experiencia que no toque vivir.

     Hay un paradigma que desde mi punto de vista nos está haciendo un flaco favor a la hora de vivir la vida, muchas personas creen consciente o inconscientemente, que lo más importante de nuestra vida es ser feliz. Yo era una de esas. Si quiero vivir feliz, enseguida voy a dividir mis experiencias entre las que me hacen ser feliz y las que no me hacen ser feliz. Por una parte, esta felicidad que persigo y que normalmente  vuelco en algo externo a mí,  suele ser una emoción efímera, pongamos un ejemplo, en este momento me hace feliz comprarme un coche, ¿cuantos días o meses dura esas felicidad? Para seguir siendo feliz tendré que generar nuevas experiencias que me hagan feliz, y esto no tiene fin. Por otro lado, si solo quiero experiencias que me garanticen ser feliz, voy a huir de las experiencias que entienda que no me van a hacer feliz, por ejemplo la tristeza, y  limitaré  mis experiencias y mis aprendizajes de vida. Por eso hay personas que solo se sienten felices cuando están en vacaciones, ¿es una felicidad real o está basada en el paradigma que muchas personas comparten de que en vacaciones es imposible no estar feliz?  ¿De qué tipo de felicidad hablamos?  Y, qué ocurrirá entonces  a la vuelta de las mismas probablemente estaré predestinado a ser infeliz…

     ¿Es la felicidad el único objetivo en nuestra vida? Yo os puedo decir que mi propia evolución me ha llevado a desarrollar otros principios claves  que lo amplían y me permiten estar más conectada, uno de ellos es el que “hemos venido a aprender a manejar la vida”. Ese principio me ayuda mucho, ya que de partida me da el permiso para vivir cualquier situación en la vida. Así de sencillo, puedo vivir momentos de tristeza, ya que me aportarán un espacio para poder reflexionar. También puedo vivir momentos de miedo, pues desde ahí saldrán las fuerzas que impulsen mi arrojo y osadía. Y así un largo etcétera.

     Para conectarnos hay un primer paso que es imprescindible, y es ser consciente de cómo estoy manejando la vida, o mejor dicho, ser consciente de quien está manejando mi vida. Creemos que manejamos nuestra vida pero en muchas situaciones, agentes del entorno, externos a nosotros son los que manejan nuestra vida. No hay más que dar un poco de luz o conciencia  a esos momentos que nos generan incomodidad.

     No es fácil que nosotros solos podamos tener el espacio o el conocimiento de cómo poner conciencia en nosotros mismos. Nadie nos ha enseñado a ser observadores de nuestra propia experiencia, más bien hemos aprendido a pensar que hay algo malo dentro de nosotros, siendo realmente reticentes a convertirnos en exploradores de nuestros aprendizajes.

     Por ello  muchas veces es necesario que alguien  nos acompañe, y ese es el papel del coach. Un coach además debe de ser como un embajador de la conciencia. Un embajador es un representante  de un país, en este caso de una forma de ver el mundo. Un embajador de la conciencia es alguien que ha vivido ese camino, que cree absolutamente en el poder de la conciencia y que es capaz de desarrollar ese concepto en su entorno.

     Y para que este  embajador de la conciencia sea un buen embajador es necesario que haya vivido “la toma de conciencia”. Para mi es clave este concepto, vivir el viaje de conciencia. Este es un viaje de auto observación de la experiencia. Es un éxodo a paisajes interiores donde te das cuenta de que tienes todos los recursos que necesitas están en ti,  y que no hay nadie que te los de.

     También te permite darte cuenta que todo lo que ocurre ahí fuera, está dentro de ti. Que todas las experiencias de la vida  generan un modelo del mundo único, pero solo es un modelo, no  la vida. Que cualquier respuesta que tienes ante la vida depende de ese modelo, de forma que no operas sobre la vida. Y que ese modelo a través del cuestionamiento se puede abrir a otras opciones, que las respuestas que tienes ante la vida solo dependen de tu forma de pensar sobre la vida.

     Por supuesto en este viaje te das cuenta del poder del ser humano. De que todos los seres humanos son potencialmente capaces de hacer lo que su pasión les lleve a querer hacer, solo tienen que encontrar el método adecuado y dedicarle las horas necesarias. Y en este camino aprendes a darte cuenta que las cosas mas “graves” de la vida, la crisis, el paro, la muerte… Lo que lo hacen grave es mi forma de pensar sobre ellas. Y de que todo en la vida es neutro, que solo mi forma de pensar, mis aprendizajes les da un sentido más o menos grave. Y también de que en este viaje de conciencia, solo la conciencia no es suficiente para abordar una nueva forma de entender la vida, hay que ampliar esa forma de entender la vida para tener nuevas opciones.

     Y así, una vez consciente del viaje te puedes convertir en embajador de la conciencia y esa conciencia te lleva cada día a estar más conectado. En el momento en que dejas de pensar sobre la crisis, empiezas a poder vivir la crisis desde otro punto, puedes  entrar en la experiencia, y poder poner todos tus recursos a tu  disposición, y es ahí donde empiezas a darte cuenta de que estamos en un mundo de infinitas posibilidades. Solo cuando eres capaz de sumergirte en la experiencia puedes CONECTARTE con la vida.

Nuria Sáez Lahoz
Socia fundadora Escuela InCrescendo

                                                                                             

martes, 12 de junio de 2012

Hoy os dejamos la colaboracion de Julán Trullén en el periódico "cinco dias" del 10 de junio 2012.

"ME ARRUINÉ Y TUVE QUE DEJAR IMAGINARIUM"

Montó su primera empresa en 1989 cuando estudiaba Empresariales. En 1992, Julián Trullén, zaragozano, de 47 años, fundó con otros socios Imaginarium, a la vez que otra compañía en Hong Kong que acabó siendo su ruina. Tuvo que desprenderse de sus acciones en la juguetera. “Lo dejé todo y a empezar de nuevo”.

Comenzó a acompañar a empresas en su expansión, y veía que unas iban bien y otras no. "Cada tres o cuatro años tenía que cambiar de actividad, algo crujía y tenía que reinventarme". Ha fundado la Escuela InCrescendo, desde la que ayuda a otros a desarrollar sus proyectos.
"Hay que saber liderar los temores y tener confianza. No entiendo mis fracasos como tal, sino como experiencias".

Julián Trullén
Fundador Escuela InCrescendo

jueves, 31 de mayo de 2012

Hoy os dejamos el articulo publicado en el diario "Expansión" Mayo 2012

Los héroes también tienen miedo al fracaso

       Parecen invencibles, pero su coraza oculta personas de carne y hueso. Aquellos profesionales que son incapaces de asumir los errores como un desafío y claudican ante la adversidad pierden su heroísmo. Sólo los auténticos convierten el infortunio en oportunidad.

        Dicen de los héroes que se forjan a fuego lento. No entienden la vida sin el riesgo, son los protagonistas de su propia historia y, mientras la vida les sonríe, el heroísmo les protege de tal manera que olvidan su humanidad, la que muestran cuando pierden su coraza. Peter Parker, un joven con prejuicios, miedos, fracasos y muy humano, es también Spiderman. Lo mismo sucede con Batman, alter ego de Bruce Wayne, empresario millonario y filántropo que, a diferencia del resto de los personajes de la factoría Marvel, no posee superpoderes, pero utiliza su intelecto para vengar la muerte de su padres cuando era un niño. Ambos tienen su cara y su cruz. Invencibles con sus llamativas armaduras, pueden llegar a llorar como críos y mostrar su fragilidad.

        De carne y hueso
        Lo mismo sucede con los héroes que viven entre nosotros. La mayoría de ellos, bajo un aspecto humano impecable e implacable cuando se trata de acometer sus obligaciones profesionales, esconde otra cara repleta de dudas que, ante el primer fracaso, puede salir a la luz. Nuria Sáez, socia directora de la Escuela InCrescendo y coach senior, asegura que “la vida del héroe puede ser maravillosa para los ojos de los demás. Pero también pasa por momentos en los que la duda y el miedo están presentes, en que la superación personal es el único camino para la gloria y donde el miedo está muy presente en su día a día”.

        Y parte de la culpa de esta situación la tienen los demás. Sáez añade que “muchas personas no ven al héroe. Sólo contemplan sus heroicidades exigiéndoles más y más actos heroicos, olvidándose de su condición humana”. Pero es precisamente esa humanidad la que, en opinión de Nekane Rodríguez, directora de Lee Hecht Harrison Grupo Adecco, les hace diferentes: “Son como todos nosotros pero, en un momento dado de su vida, tienen la capacidad de hacer algo único y por eso son admirados”. Apunta que el mayor riesgo está en su orgullo, “en creerse mejor que los demás”.

        Paco Muro, presidente de Otto Walter, establece una tipología de estos personajes tocados por la varita del éxito. Los populares y los discretos. Los primeros son reconocidos por todos. “Los hacemos los demás, porque la personas necesitamos inspirarnos en alguien. Saber que alguien ha logrado lo imposible nos hace creer en nosotros mismos”. Los discretos no son famosos, pero son los que de verdad logran que las cosas ocurran cada día: “Es a quien se echa de menos cuando no están, porque es entonces cuando descubrimos lo importantes que eran”.

        Sin embargo, lo que realmente hace a un héroe es la adversidad. Para Ignacio García de Leániz, profesor de recursos humanos de la Universidad de Alcalá de Henares, estos dioses deben dejar hacerse por la hostilidad. “Ante el gran desafío se crecen, dando lo mejor de ellos mismos, y para conseguirlo sacrifican su tiempo, su compromiso, su vida privada... Todo lo entregan al reto profesional que se le presenta”. Pone como ejemplo a todas aquellas personas anónimas que en la Primera Guerra Mundial se revelaron en el frente como excepcionales soldados: “Gente corriente sin nada extraordinario. La adversidad máxima del campo de batalla estimulaba un fondo de heroísmo que ellos mismos desconocían. Eran héroes sorprendidos de su heroísmo”.

        A algunos directivos, los buenos, no les ha quedado más remedio que hacerse fuerte, como esos soldados. En su caso han tenido que tomarse los fracasos como resultados porque, como dice Sáez, “pueden aportar mucha sabiduría al héroe. Aprender a asumirlo sin atormentarse por no alcanzar lo deseado y quedarse sólo con el amargo sabor de la derrota. El líder debe asumir los resultados poco exuberantes con humildad, con aceptación y con ganas de seguir aprendiendo”. Muro explica que “es ahí cuando surgen los verdaderos héroes, en las grandes dificultades. Es en ese momento cuando los demás los necesitamos para que nos saquen del atolladero, que nos sirvan de ejemplo y nos devuelvan la fe para salir adelante”.

        Y ante los fracasos, los miedos no sirven en este tipo de superpersonas. García de Leániz advierte que “sólo admitiendo sus errores en tal o cual empresa, proyecto u objetivo, se podrá valorar más lo que de esforzado y meritorio tuvieron sus triunfos anteriores”. Este profesor recuerda la figura de José Guardiola, entrenador del FC Barcelona quien recientemente anunció que abandona el equipo: “Sólo comprendemos la grandeza de sus ligas consecutivas ganadas cuando comprobamos que es muy fácil no ganar una liga, como en este año”.

        Los tóxicos
        Pero, como se suele decir, no es oro todo lo que reluce. Y hay héroes para todos los gustos y... los hay que contaminan, que con su modo de hacer intoxican todo lo que les rodea, convirtiendo su falso heroísmo en una lacra que les acompaña de por vida. Muro los denomina héroes de pacotilla: “Son los líderes de la queja y la descalificación hacia los que deciden o hacen, pero jamás los verás generando alternativas realistas, y mucho menos sudando con el pico y la pala”. García de Leániz los llama sucedáneos, porque buscan la heroicidad como ejercicio de exaltación,
“el héroe que juega a serlo no dejará su esfuerzo en aquello que no redunde en su mero beneficio y promoción. Busca el aplauso, que en sí no es algo muy heróico”.

        Seguro que se ha topado con alguno de ellos en alguna ocasión. Sáez cree que “son salvadores, y cuando se erigen como tales colocan a los demás en una categoría inferior. Están tan cegados por conseguir el poder y el éxito que se olvidan de los cómos. Para ellos el fin justifica los medios”. Desenmascararlos no es sencillo. Muro propone hacerles responsables de gestionar eso de lo que tanto se quejan: “Darían la espantada por respuesta y quedaría en evidencia su absoluta incompetencia y, sus desastrosos resultados provocarían que pagaran justos por pecadores”.

Nuria Sáez Lahoz
Socia fundadora Escuela InCrescendo

miércoles, 23 de mayo de 2012

Os dejamos el articulo publicado en el diario "Expansión" Abril 2012.



Los antídotos para superar el pánico a emprender

        Confiar en tu idea y tener la certeza de que tu empresa reúne todos los requisitos para convertirse en un negocio redondo es la mejor actitud de los nuevos empresarios para eludir sus miedos.
        Mozart tocó el clavicordio unas 20.000 horas antes de cumplir los diez años y empezar a destacar. Y numerosos estudios aseguran que se necesitan un mínimo de 10.000 horas para dominar una materia. ¿Se puede entrenar para emprender? Por ahora no existe un receta infalible, más allá de aprender de la experiencia. Por eso es muy normal caer en la incertidumbre, el miedo y hasta el pánico cuando, por una u otra razón, se decide dar el paso. Pero esto no va con los emprendedores genuinos, es decir, aquellos que confían plenamente en su idea. Ellos saben como dejar el miedo en segundo plano.
        “Emprender es un acto de valentía, de pasión, de visión, de querer cambiar el mundo en el que vivimos, y eso tiene que ver con las personas”, afirma Nuria Sáez, socia directora de la Escuela InCrescendo y coach senior. Eso es lo que pretendían Pablo Santos y David Suárez, cuando en 2005 pusieron en marcha Códice Software. Ambos dejaron su trabajo en una multinacional, un buen sueldo y una situación cómoda para construir esta empresa, especializada en el diseño y desarrollo de soluciones de gestión de configuración de software. “Se necesita una buena dosis de ilusión y otra pequeña de inconsciencia. Pero si tienes claro lo que quieres hacer y no puedes conseguirlo donde estás, lo mejor es pasar a la acción, no perder el tiempo pensándolo”, explica Santos.
        María Gómez del Pozuelo confiesa que ser tu propio jefe es duro, “más aún si, como en mi caso, has disfrutado durante casi veinte años de la seguridad y las ventajas de trabajar en una gran compañía. Aquí no hay coche de empresa ni jornada continua los viernes. No puedes cerrar la puerta y olvidarte del trabajo hasta el día siguiente”. Hace un año puso en marcha Womenalia, una red de mujeres profesionales que ya cuenta con 60.000 usuarias y que tiene unas ventas cerradas por valor de 400.000 euros.
        Esta empresaria asegura que la experiencia laboral contribuye a reducir el pánico de los inicios pero, para evitar la incertidumbre, “hay que contar con el apoyo de profesionales expertos en aquellas materias que tú no dominas y pagarles adecuadamente por ello”.
        Santos, considera que “es básico contar con un plan de negocio real y, en todo momento, transmitir solvencia y confianza a los clientes; ellos nunca deben ver tu inseguridad”. La fundadora de Womenalia suma otro factor: “Perder el miedo al fracaso. Tomar cada desliz como una inyección de energía para seguir adelante. En Estados Unidos los inversores desconfían de aquellas empresas que nunca han cometido un error. En España tenemos pánico al fracaso y, aunque esto está cambiando, aún sigue siendo una lacra que no se ve con buenos ojos”.
        Para Santos, hacer una presentación exquisita de la empresa es también fundamental: “Se minimiza el miedo escénico y hay más posibilidades de reflejar la seguridad que abandera cualquier proyecto de éxito”. Durante un año, los fundadores de Códice Software estuvieron centrados en el desarrollo del producto y puliendo la presentación al primer comprador. Pero reconoce que su mayor temor era que la aplicación no funcionara, un reto que han superado: cuentan con un centenar de clientes repartidos en el mundo.
       Gómez del Pozuelo concluye que aunque la financiación y contar con la ayuda de expertos funciona, lo más importante para perder el miedo es “confiar en la idea y perseguir un objetivo. Eso te hace muy fuerte”.
        ¿Qué necesitas para tener éxito?
        Tener claros tus objetivos. Esa es la respuesta definitiva que garantiza el éxito en los negocios. Para emprender no hay un perfil al uso. Manuel Armayones, profesor de estudios de Psicología de la UOC, asegura que “hay jóvenes inexpertos que son capaces de montar empresas sólidas y directivos con experiencia que serían incapaces de partir de cero”. Sin embargo, tanto uno como otro, pueden sentir miedo a la incertidumbre que supone poner en marcha una empresa, porque aquí la experiencia, aunque ayuda, no es la panacea para triunfar en los negocios.
        El hecho de tirar o no la toalla ante el primer imprevisto depende de variables psicológicas como “la autoeficacia percibida, que hace referencia a la creencias que tiene cada cual sobre su capacidad para conseguir sus objetivos, o el denominado locus de control, que nos indica hasta qué punto pensamos que el éxito y/o fracaso depende en mayor o menor medida de uno mismo o de las circunstancias externas”, señala Armayones. Añade que determinados aspectos como la formación, la experiencia previa o simplemente aprender viendo como lo hacen otros pueden tener valor, pero no existe un prototipo de emprendedor de éxito.
        Ana Aceituno es profesora en el máster de dirección de recursos humanos de Eude y hace cuatro años decidió compaginar su actividad docente con la de empresaria: dirige una consultora de formación. Su experiencia no mitigó el pánico inicial. “Cuando emprendes te asaltan todos los miedos. Arriesgas tu credibilidad, mucho más que cuando trabajas por cuenta ajena”. Su receta para mitigar ese temor es la flexibilidad, “contar con una estructura que permita adaptar tus servicios a las circunstancias. Hay que vencer la incertidumbre”.
        Ésta es la clave y lo confirma Nuria Sáez, socia directora de la Escuela InCrescendo y coach senior. Afirma que los que no son capaces de vivir la frustación son los más proclives al fracaso empresarial: “Los emprendedors deben vivir las dificultades con cierta distancia, apostar por su visión, por su sueño... y ser capaces de mantener la calma en los momentos difíciles, analizar y seguir adelante con su proyecto”.



jueves, 17 de mayo de 2012

        Os dejamos hoy el articulo publicado en Uakix. Espero que lo disfruteis!

"COACHING CON MAYÚSCULAS"

        Ser coach no es solo una bonita profesión, es una actitud de apertura, de cambio, de conciencia que comienza por uno mismo. Nosotros no podemos entender esta palabra sin una mirada hacia dentro, sin un viaje individual del coach hacia su autoconocimiento. Porque es difícil acompañar a alguien en su laberinto de la transformación cuando tú no has pasado por él. A este coach que ha recorrido su camino previamente le llamamos coach con mayúsculas.
        Ser coach con mayúscula requiere haber vivido, sentido , percibido y haber tomado conciencia de nuestras formas de funcionar, supone conocer nuestros programas y nuestra forma de filtrar la vida, reconocer el impacto que esto tiene en nuestra vida y abrirnos hacia el cambio y hacia formas más saludables de funcionar que me permitan vivir sin tanto desgaste.

        Tomar conciencia de esta pluralidad hace que el coach se replantee el respeto hacia el resto de las personas y la aceptación de esas diferencias en los demás. Solo a través de este respeto puede el coach desarrollar determinadas competencias personales que le llevaran a realizar su trabajo con éxito: aprender a escuchar más y mejor, despertar su observación desde la curiosidad, abrir su percepción, ponerse en la situación de la otra persona y sobre todo hacer todo esto SIN JUICIO, es decir, sin etiquetar ni enjuiciar a la otra persona.

        Las tres labores básicas del coach en un proceso de coaching, son generar conciencia, responsabilidad y autocreencia en el coachee y para ello el coach con mayúscula debe de tener un alto grado de conciencia sobre si mismo, de cómo funciona el ser humano, debe vivir la auto-responsabilidad, cada uno es el responsable de su vida, y esto solo lo puede hacer vivir a un coachee desde su propia vivencia, desde su más profundo sentir, y por último debe de aplicarse la autocreencia de que todos tenemos los recursos necesarios para vivir bien en esta vida.

        Iniciar este maravilloso camino debería de servir a los futuros coaches con mayúsculas a poder PARARSE a mirar hacia adentro, hacia sí mismo y eso es algo que muchos todavía no se han atrevido a hacer. Y el recorrer este sendero acompañado de un grupo de personas te ayuda a conocerte más a través de los espejos que nos vamos encontrando en el camino, muchas veces mirando hacia los otros uno se va encontrando poco a poco, sin quererlo, buscarlo o esperarlo, de forma natural, y así de esta manera aprender a reencontrarse cada día con nosotros mimos y con nuestras luces y sombras.

        Además un coach con mayúsculas es un coach que te ayuda a entender que no somos lo que creemos que somos, ni siquiera lo que los demás piensan que somos, porque somos eso y mucho más...

        Nuestra identidad es mucho más profunda, podríamos decir que nuestra identidad es la suma de todas nuestras identidades potenciales y que a menudo como si de una baraja de cartas se tratará queda reducida a una o como mucho a varias cartas de la baraja. A veces ni siquiera nos gusta la carta con la que nos ha tocado jugar, es una etiqueta que alguien colgó sobre nosotros y que en un momento aceptamos sin rechistar, porque nunca nos llegamos a cuestionar o porque nos llegamos a creer que estábamos cómodos o cómodas con ella.

        Pero cuando colgamos etiquetas o cuando aceptamos las que nos cuelgan los demás lo que hacemos es reducir las cartas de nuestra baraja, de nuestra identidad, congelando y quedándonos con solo una parte de la misma y en vez de abrirnos y sentir que somos mucho más, nos cerramos y empobrecemos nuestra relación con los demás.

        El coaching con mayúsculas es un coaching orientado al despertar de nuestra conciencia, una invitación a darnos cuenta de todas nuestras identidades potenciales, a no caer en el error de la identificación y aprender a aceptar y reconocer esas otras partes de nosotros que menos nos gustan. Porque solo en la medida que nos reconozcamos, y nos aceptemos podremos reconocer y aceptar al otro, sin juicios, sin etiquetas.

        ¿Por qué nos identificamos? Muchas veces las personas tenemos una serie de ideas, de creencias sobre nuestra forma de ser, sobre nuestro "Yo ideal", es decir sobre cómo tenemos que ser o como nos debemos comportar con los demás. Es una especie de "tengo que ser así, porque si no no seré amado, aceptado o reconocido ". Al construir este ideal lo que hacemos es negar la parte de nosotros mismo que no se corresponde con nuestro ideal y así es como poco a poco van surgiendo nuestras sombras (aquello que somos pero que no queremos ser porque consideramos que no es lo ideal). Esta identificación nos impide conectar con nuestra verdadera esencia y nos impulsa a negar todo aquello que somos pero que no queremos ser.

        Nuestras sombras se pueden convertir en nuestro mayor enemigo cuando huimos o cuando nos resistimos a ellas, porque tal y como dice Robert Dilts "todo aquello a lo que te resistes persiste y lo que aceptas te libera", y solo desde nuestra toma de conciencia, desde la aceptación de esa parte de nosotros que también somos pero que no nos gusta tanto, podemos liberarnos de ello y hacer algo más grande.

        En el coaching con mayúsculas el coach ayuda al coachee a tomar conciencia sobre la infinidad de cartas que tiene en su baraja, a reconocer que esa parte ideal de su ser es solo una pequeña parte que él se ha construido para gustar o ser reconocido, pero que él es mucho, mucho más... Le invitamos a conectar con sus sombras y a reconciliarse con esa parte de él que le gusta menos, le ayudamos a integrarla, a trascender y a hacer algo más grande.

Porque somos eso y MUCHO, MUCHO MÁS...

Nuria Sáez Lahoz
Socia fundadora Escuela InCrescendo

miércoles, 9 de mayo de 2012

Os dejamos el último articulo publicado en la web "Espacio Humano" Abril 2012.


 Emprendedores y pnl: 
“Desarrollar la parte humana del emprendedor”

        Mucho se está hablando de que una de las alternativas a la situación económica y laboral que estamos viviendo  ahora es apostar por el movimiento emprendedor. Totalmente de acuerdo, solo que ser emprendedor parece que no resulta tan fácil. La mayoría de las ayudas que dan los servicios públicos y privados a los emprendedores tienen que ver con aspectos de gestión sobre sus proyectos. Desde nuestro punto de vista, hay un área importante a la que no se le suele dar espacio de reflexión, el SER emprendedor. Desde la Escuela InCrescendo, tratamos de dar respuesta a estas circunstancias, porque ¿Qué es saber vivir? Para nosotros saber vivir es aprender a manejar cualquier situación, las dificultades que aparentemente están fuera, realmente están dentro. Lo que ocurre en la vida es un hecho neutro, es lo que pensamos sobre eso que ocurre, lo que nos hace disponer de un estado de recursos o de otro.  

        De la misma manera ser emprendedor implica aprender a ser emprendedor, requiere de una dedicación. Dicen los expertos que para dominar una materia o desarrollar un talento necesitas 10.000 horas de práctica. Y cuando aprendemos cualquier cosa en la vida, es interesante modelar a los mejores.

        Por otro lado, observamos  emprendedores que triunfan, que además de aportar aspectos de valor en su nuevo negocio también tienen una cualidad, son personas que saben manejar sus emociones, saben cómo disponer de una conciencia más plena de su estado, de su mente y su cuerpo. Desarrollar esta habilidad lleva a tener la mente más centrada en el momento presente, por ello, una de las grandes aportaciones de la Escuela InCrescendo es trasmitir los cómos.  Ya que  vivir en el presente es lo único que nos garantiza que identifiquemos las oportunidades del entorno. Por eso es interesante tener en cuenta que “tú eres tu estado”.

        Otro punto interesante es darse cuenta que la realidad es construida, y es una idea que está en el centro de la neurociencia. Cualquier realidad que conoces es construida, lo que existe ahí fuera son energía en diferentes frecuencias. En la realidad científica somos frecuencias y vibraciones y nuestro cerebro recibe esas frecuencias y construyen un mapa. Ahí fuera no hay ningún color, el cerebro lo construye. Desde ahí la realidad que experimentas está construida. La conciencia crea la realidad. Las implicaciones prácticas son muy significativas, tu eres el responsable de la realidad que experimentas de forma psicológica, eres un observador y creador activo. Hay muchísimas construcciones simultáneas, la persona crea la realidad, las influencias familiares crean la realidad, los grupos y sus tradiciones crean su propia realidad.

        Y desde estos puntos de arranque, queremos enfocar la  siguiente pregunta,  ¿A qué puede ayudar  la concepción de la pnl al movimiento emprendedor? Vemos diferentes ámbitos:

-          Un emprendedor es alguien que decide poner un proyecto de empresa en marcha.  ¿Dónde está la clave del éxito del emprendedor? Para nosotros una de las claves del éxito está en que un emprendedor debe de aportar novedad al mercado. Desde nuestra experiencia, muchos de los proyectos emprendedores son continuación de modelos existentes o aportan pequeñas diferencias al mercado. Por ejemplo alguien trabaja en el sector de la peluquería y se va de su empresa para abrir otro negocio prácticamente igual que en el que está trabajando. Normalmente aportan pequeñas diferencias en la parte interna, en la forma de organizar los procesos de trabajo. También pueden aportar pequeñas  diferencias en las relaciones externas con proveedores o clientes, por ejemplo tratando de forma más esmerada al cliente. En cualquier caso son modelos existentes con pequeñas diferencias.  Lo habitual es que los nuevos emprendedores estén enmarcados en un modelo antiguo. Cuando hablamos de modelo antiguo nos estamos refiriendo a esa forma de definir los sectores y mercados. Mi conocimiento teórico sobre el tema estratégico, fruto de mi experiencia como profesor de Estrategia Empresarial de varias universidades en España, y de haber colaborado en más de doscientas organizaciones, me hace cuestionar aspectos tan básicos como el de “como se define un sector”. El primer gran límite a la hora de definir un proyecto empresarial, es como definimos el sector en el que vamos a competir. Tengamos en cuenta que por el hecho de competir de esa manera, ya estamos aceptando sus estructuras de pensamiento antiguas,  y pocos son los modelos emprendedores que realmente aportan novedades estructurales.  A esto hay personas que lo definen como capacidad de visión.

-          Generar una diferencia estructural solo es posible si el emprendedor cuestiona las ideas y límites existentes en el mercado, y eso tiene que ver con cuestionar el modelo del mundo de un sector, de una forma de funcionar habitual hasta ese momento. Y eso implica atreverse a cambiar. Aquí es donde la pnl tiene una mayor aplicación. Partimos de que “el ser humano no opera directamente sobre el mundo, sino que opera sobre un mapa o modelo que tiene la persona del mundo”. Los mapas o modelos, son  ideas que tenemos sobre la vida, son fruto de los aprendizajes y son las gafas con las que vemos el mundo. Las oportunidades están en el mundo, el mundo es un conjunto de infinitas posibilidades, y son los mapas y no el mundo en sí, los que nos ayudan a ver las opciones y oportunidades. Determinadas situaciones son interpretadas pos los emprendedores de forma distinta. Por ejemplo imagina dos personas que quieren abrir un negocio en el sector del comercio minorista de ropa, A tiene un modelo tradicional y B tiene un modelo más abierto y está habituado a cuestionar su modelo del mundo. Ambos disponen de 25.000 euros. Desde un modelo del mundo A, más tradicional, puede que solo tenga 25.000 euros para hacer reformas, decorar tienda, comprar mercancía… puede que desde ahí no tenga suficiente dinero para crear su negocio. En cambio, desde el modelo B, una persona se cuestiona como hacer posible los negocios y vender ropa. Igual puede pensar que puede crear un nuevo modelo de negocio, montando una pequeña tienda dentro de otras tiendas más grandes, o bien puede que proponga una forma diferente de acercar la ropa de determinado segmento poco accesible a través de la red… Diferentes modelos del mundo plantean diferentes posibilidades, en un mundo de infinitas posibilidades. “Los límites están en nuestra cabeza, en nuestro modelo, no en el mundo”. Hay veces que a esta forma de ver el mundo las personas le llaman Innovación.

-          De la misma manera, otra de las ayudas que aporta la pnl al movimiento emprendedor tiene que ver con manejar situaciones de miedo. La primera cuestión es darse cuenta que solo existen dos miedos biológicos en el ser humano, el resto son construidos. Y por tanto solo se trata de una manera de pensar sobre las cosas. Por ejemplo, una de los grandes miedos sociales en este país es a no tener trabajo fijo. Desde nuestra experiencia, varias generaciones se han criado bajo ideas que tienen que ver con “busca un trabajo fijo hijo/a mío/a” “un trabajo es para toda la vida” “una nómina te da la seguridad” y un largo etc. Lo interesante es identificar dos cuestiones. La primera es el hecho de manejar esas ideas a nivel inconsciente generando una sensación de incomodidad o malestar, una  contracción en el estado del emprendedor, en el momento que se plantea crear su propio negocio, limitando sus recursos y su capacidad de respuesta.  El segundo es la forma limitada de ver el mundo que genera estas ideas. O es que ¿solo se puede estar seguro en el mundo si tenemos una nómina? A este recurso de las personas algunos le llaman Valentía.

-           Otro de los grandes miedos es el miedo al fracaso, más que el hecho de fracasar, me gustaría matizar que es el hecho de sentirse que “soy un fracasado”. ¿Y qué es fracaso para esta sociedad? Probablemente si preguntamos en nuestro entorno, nos de una medida clara de lo apegados que estamos a lo material, siendo este apego lo que impide en muchos casos generar movimientos de personas en la dirección emprendedora. Lo curioso es que solo es una forma de pensar sobre uno mismo, cuando ponemos más importancia a lo que tenemos, que a lo que somos y asociando lo que somos a lo que tenemos. Pero solo es una asociación de nuestro modelo, no es la vida gracias a Dios. Personas que entienden esta forma de funcionar les resulta más fácil Asumir riesgos.

-          Otra de las aportaciones de la pnl es aprender a manejar objetivos. Nuestra experiencia de apoyo en más de 300 proyectos emprendedores, así como nuestras propias experiencias, nos han hecho darnos cuenta que hay una parte clave a la hora de abordar un proyecto emprendedor, el cómo defino los objetivos. Normalmente los objetivos que se ponen los emprendedores son del tipo, “vender tal circunstancia”, “conseguir dar una buena impresión a tal cliente”…. La cuestión es, ¿Ese objetivo depende de ti?. La respuesta es no, no al 100%, y ¿Qué ocurre cuando nos ponemos objetivos que no dependen de nosotros? Pues que nuestro sistema no sabe que tienen que hacer para conseguir el objetivo y entonces se generan los nervios, los malos rollos internos, que además no sabemos de dónde vienen, nos hacen pensar “yo no he nacido para ser emprendedor”, o el famoso “yo no valgo”, o un largo etc, de excusas y lamentaciones. Por ello debemos de ser conscientes que es importante definir un objetivo a favor de nuestra neurología. En segundo lugar solemos tener objetivos explícitos, los que soy capaz de contar y los implícitos, los que están dentro de mí y no soy consciente de ellos. Y os puedo asegurar que estos suelen ser los más limitantes y los que nos generan los peores malos rollos. Objetivos inconscientes del tipo, “tengo que hacerlo perfecto” “no puedo fallar a mi padre” “no tengo la experiencia suficiente”…etc. de la misma manera, la pnl nos ayuda a tomar conciencia con los objetivos conscientes e inconscientes y dar solución. Hay personas que practican esta forma de funcionar y les observan como  tienen claras sus prioridades y son capaces de cumplir sus objetivos.

-           El mundo lo vemos limitado, aunque no nos demos cuenta. Sectorizar una empresa, definir un mercado, definir la competencia, definir un tipo de clientes, igual nos ayuda a definir un plan concreto a cinco años, pero esa forma de pensar nos deja fuera un montón de oportunidades. Un caso que todos conocemos es APPLE. Imaginar esta empresa en una reunión del comité de dirección. Hace 10 años que vendían ordenadores, luego estaba en el sector de la informática, con proveedores de informática, clientes de informática, formas de pensar de todo el equipo sobre informática… ¿y si alguien en ese entorno hubiera dicho que diez años más tarde, el 80% de sus beneficios, vendrían de la venta de dispositivos de telefonía o sucedáneos? ¿Qué hubieran dicho las cabezas bien pensantes y lógicas en ese momento, si además le hubieran dicho que sería la primera empresa del mundo con una tesorería de 100.000 millones de dólares…? Y ahora, ¿Puede aplicárselo a su  empresa? O a su nuevo proyecto? Lo interesante es que pensar de una forma sobre los clientes, deja fuera un montón de otros clientes, y lo curioso es que creemos que sabemos del sector, que somos expertos del sector. Personas que funcionan de esta forma pueden ser identificados como personas flexibles.

        En definitiva, mucho se habla de los secretos de los que triunfan, que si “hacen lo que tienen que hacer”, que si “no son pesimistas por defecto”, que si “son coherentes”,  que “son capaces de dar lo mejor de sí”… para nosotros hay una clave, aprender a conectar con uno mismo para poder estar despierto, disponible y atento. Debemos de aprender a dejar de “pensar sobre la vida” y empezar a “experimentar la vida”.


Julián Trullén Torres

Emprendedor y Socio Director Escuela Increscendo. Escuela de Coaching, PNL y Liderazgo.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Jornada UOC. 31/1/12

Y tú,  ¿te vas a quedar en la olla?
Ayer InCrescendo tuvo el placer de participar en un desayuno de trabajo organizado por la UOC en Madrid con el título  "Red de emprendimiento y talento: lo que España necesita". En dicho desayuno, Joan Torrent, director de la UOC Business School, abordaba un estudio realizado a 300 pymes creadas en tiempos de esta crisis, entre 2008 y 2011. Con este estudio trata de comparar el modelo de negocio de estas pymes con los "más de tres millones de organizaciones en España, que  presentan un modelo de crecimiento inadecuado y tienen importantes problemas de sostenibilidad futura".
Para los que no tengáis totalmente claro lo que es, el modelo de negocio de una empresa es una representación simplificada de su lógica de negocio. Se trata de tomar conciencia de cómo genera valor, con lo que ofrece una empresa a sus clientes, cómo los capta, los mantiene y se relaciona con ellos, con qué recursos, actividades y estructura de socios alcanza esto y, finalmente,  cómo gana dinero.
Pues bien, algunas de las conclusiones que nos presentó Joan nos llenan alegría, ya que parece que los nuevos emprendedores, entre los que nos encontramos, piensan y hacen las cosas de otra manera, tienen un proceso de generar valor más avanzado. Me gustaría destacar los siguientes aspectos del estudio:
-          un 80% de las empresas del estudio surgen sin ayudas públicas, solo un 8% tiene ayudas públicas
-          un 82% tienen financiación propia, frente a un 4% que tienen subvención
-          un 40% están dirigidas por mujeres.
-          Un 35% están dirigidas por personas de menos de 35 años. Creo que este dato en el futuro debería de ser mas alto.
-          Un 84% trabaja en equipo
-          Un 70’% tiene supervisión por objetivos
-          Un 30% tiene políticas de flexibilidad, y el 80% tiene contratos indefinidos
-          Un 40% tiene formación universitaria
-          Un 50% innovan. Y me voy a centrar aquí.
-          Del 50% que innovan, un 40% lo hace en producto, un 30% lo hacen en proceso y un 30% lo ha hecho a nivel organizativo. Además un 20% nace con estructura de innovación y cooperando con clientes y proveedores. Y un 20% coopera con centros de investigación.
-         
 Algunas de las preguntas que nos vienen a la cabeza son ¿Qué hacemos para mejorar la competitividad de los 3,5 millones de empresas que existen actualmente?,  ¿Qué nuevas formas de pensar se deben de extender en estas empresas?, ¿Qué aspectos claves tienen que generar estas empresas para ser mas competitivas? ¿Será el futuro de las grandes empresas una red de pymes? .   Y la gran cuestión  ¿se pueden crear estas nuevas estructuras de forma intencionada?

Nosotros desde hace siete años hemos trabajado en esta dirección, y en este momento tenemos un modelo de innovación desarrollado,  “Entornos Generativos de Innovación”,  el cual se basa en unas nuevas formas de pensar.
Claro, para poder  desarrollar este tipo de estructuras, debemos de partir de una serie de patrones de pensamiento:

-          Los comportamientos “visibles” son consecuencia de una estructura de pensamientos “no visibles” y en la mayoría de los casos, “no conscientes”. Los comportamientos de un líder lo conforman sus experiencias de vida, y la mayoría de ellas son inconscientes. Actuamos sin conciencia, sin saber que es lo que hace que hace que yo funcione así… de hecho llegamos a decir, “yo soy así y no voy a cambiar”

-          Cualquier cambio es sistémico. El hecho que yo cambie, implica si o si una necesidad de cambio en las personas con las que me relaciono. Ante un habitual comportamiento de tensión con una persona, si yo mejoro la calidad de respuesta, mejora inmediatamente la calidad de la relación. El responsable de lo que me ocurre en la vida soy yo.

-          La realidad es construida, es una idea que está en el centro de la neurociencia. Cualquier realidad que conoces es construida, lo que existe ahí fuera son energía en diferentes frecuencias, la visión constructivista,  en la realidad científica somos frecuencias y vibraciones y nuestro cerebro recibe esas frecuencias y construyen un mapa. Ahí fuera no hay ningún color, el cerebro lo construye. Desde ahí la realidad que experimentas está construida. La conciencia crea la realidad. Las implicaciones prácticas son muy significativas, tu eres el responsable de la realidad que experimentas de forma sicológica, eres un observador y creador activo. Hay muchísimas construcciones simultáneas, la persona crea la realidad, las influencias familiares crean la realidad, los grupos y sus tradiciones crean su propia realidad.


-          La realidad se crea por patrones de interferencias. Julián es un grupo de frecuencias, Nuria, mi mujer es un grupo de frecuencias,  y estas frecuencias viajando de uno a otro conectan y crean un nuevo patrón de frecuencias.  Las diferencias entre los elementos hacen que el resultado sea más interesante. Un tercer patrón generativo  debe de está creado por patrones coherentes. Si no estamos presentes 0+0=0.

-          Tú eres tu estado.  Ante una reunión con mi jefe, lo que pienso sobre la situación es lo que determina mi estado. Y mi estado es lo que determina mi disponibilidad de recursos en ese momento. Si yo estoy tenso, mis recursos están “tensos” y mi respuesta es limitada. A mejor estado, mejor calidad de respuesta.

-          Un líder solo es capaz de generar relaciones en función de cómo funciona el. Si un líder es abierto y disponible, que tipo de relaciones generará? Si un líder es cerrado y exigente, como serán sus relaciones??

-          El hecho de transformarse en grupo generativo, hace que el grupo se comporte de forma diferente de lo que lo hacemos de forma individual. El grupo genera como una conciencia colectiva, así las células del ojo son heterogéneas y se comportan de forma diferente al ojo.  El hecho de reuniré como grupo hace que las personas piensen de forma diferente a como lo harían si estuvieran solas. Aparecen pensamientos que solo son posibles a través de la interacción.


-          ¿Qué es saber vivir? ¿De quién depende? Saber vivir con mayúsculas es saber manejar sin desgaste cualquier situación que te presente la vida. Para nosotros lo que ocurre fuera,  en la vida, es un hecho  neutro, es lo que pienso sobre ese hecho lo que determina la calidad de mi comportamiento. el caso típico es cuando tenemos una llamada y vemos en la pantalla el teléfono de nuestro jefe… que ocurre en nuestro interior? Si ese número de teléfono lo enseño a otras personas… les ocurre lo mismo? Con total seguridad no. Luego no es el número de teléfono lo que me genera el mal rollo, si no lo “que pienso sobre ese número”… y eso tienen que ver conmigo, es mi responsabilidad. 

Aunque el estudio presentado por Joan no lo aborda específicamente, sin una nueva forma de pensar y por lo tanto de actuar por parte de los líderes, no podremos generar nuevas estructuras empresariales. Lo que está ocurriendo nos recuerda a la metáfora del agua hirviendo y la rana… Si se echa una rana a una olla con agua hirviendo, ésta salta inmediatamente hacia afuera y consigue escapar de la olla sin haberse quemado ni una pestaña. En cambio, si inicialmente en la olla ponemos agua a temperatura ambiente y echamos una rana, ésta se queda tan fresca dentro de la olla. Pero cuando, a continuación, comenzamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona bruscamente sino que se va acomodando a la nueva temperatura del agua hasta perder el sentido y, finalmente, morir literalmente hervida.  El estudio de Joan nos da esperanzas en ese sentido.

 El reto queda ahí, ¿cuándo se van a decidir los líderes a desapegarse de sus antiguos modelos de pensamiento? Desde la Escuela  InCrescendo estamos acompañando a varias compañías en este camino con excelentes resultados, y tú, ¿ te vas a quedar en la olla?

                                                                                                  Julian Trullén
                                                                                                  Socio fundador InCrescendo