jueves, 2 de diciembre de 2010

La vida sigue su curso… ¡¡ Toma parte y atrévete a bailar con ella!!

La vida siempre sigue su curso, el tiempo pasa y nosotros cada día podemos elegir entre tomar o no tomar parte del mismo.


Participar y protagonizar este devenir es una cuestión de actitud y de algo más…, no podemos permanecer estáticos ante el cambio cuando vivimos sumergidos en multitud de acontecimientos que cada día se nos presentan de forma diferente. Si observamos con precisión la afluencia de estímulos que percibimos día a día, podemos encontrar infinidad de matices, de pequeños detalles, que configuran esta bella danza. Todo está en continuo cambio y evolución, ningún día es exactamente igual a otro, ni una hora es igual a la siguiente, cada día es diferente al siguiente y a su vez a todos los que vendrán… Todo fluye, como el rio que corre en una cascada y que en cada instante se presenta de forma heterogénea. Y si todo fluye, nosotros… ¿Podemos permanecer estáticos en este fluir?

No podemos negar que el cambio exista y que lo impregne todo. Sin embargo muchas veces preferimos permanecer estáticos en este acontecer, o nadar contra corriente. ¿Por qué nos resistimos tanto al cambio?, qué ocurre dentro de nosotros que tira siempre hacia el mismo lado, a la misma rutina, a querer preservarnos y proteger nuestra mal llamada “estado de confort”, y que nos hace olvidar ese flaco favor que hacemos a nuestra propia evolución. Debemos de aprender a abordar a ese gran enemigo de nuestro progreso que muchas veces somos nosotros mismos. Analicemos nuestros propios parásitos que muchas veces se disparan como mecanismo de protección pero que en muchas ocasiones nos paralizan, impidiéndonos avanzar.

Algunas barreras al cambio:

Los hábitos, Nuestras costumbres, nuestras rutinas. A menos que una situación cambie en forma drástica, normalmente todos respondemos a los estímulos en nuestra forma habitual. El hábito puede llegar a ser una fuente de satisfacción para nosotros porque nos ayuda a ajustarnos al mundo, a adaptarnos a él, y nos brinda comodidad y seguridad. Que se convierta en una fuente principal de resistencia al cambio depende de nuestra percepción, de si vemos o no vemos ventajas en ese cambio. Las personas deciden cambiar cuando toman conciencia sobre las mejoras que les ofrece esta nueva dirección. Si quieres vencer esta resistencia, trata de reflexionar sobre todo los beneficios que te brindarán el cambio de hábitos. Busca los motores que te puedan servir como una pértiga para saltar los antiguos hábitos. Proponerte enterrar hábitos insalubres es fácil, pero hay que perseverar, la única forma de reemplazar esos hábitos por otros más saludables es a través de la repetición, de la constancia y de la fuerza de voluntad. Cambiar de hábitos exige desaprender para volver aprender y esto requiere un poco de ganas, tiempo y paciencia.

Temor a lo desconocido: Avanzar en lo no previsible muchas veces nos angustia. Los cambios importantes normalmente siempre traen consigo un elemento de incertidumbre. Atreverse ante lo desconocido es la clave, es difícil aprender cuando repetimos las mismas acciones. Solo hay una forma de aprender y es lanzándose a la piscina, podemos analizar, razonar y verlo todo desde un montón de puntos de vista, pero al final hay que pasar a la acción. Caminar hacia el cambio es salir del pasaje habitual, es coger diferentes rutas, aprender de cada una, vencer esos obstáculos desconocidos y seguir aprendiendo y evolucionando. Salirse del camino puede ser divertido, ¡Atrévete y pasa a la acción!

Temor a perder nuestro poder o influencia: Algunas veces podemos contemplar el cambio como una posible amenaza a nuestro poder o influencia. Pensamos que el cambio nos puede hacer perder puntos ante nuestra posición de fuerza o que puede arrastrarnos a una pérdida de estatus. Podemos creer que el impacto de nuestro cambio en el entorno pueda traernos consecuencias negativas, que si cambiamos puede ser que los demás no me respeten o no me reconozcan. En algunas ocasiones estamos más pendientes del impacto en los otros que en el nuestro. Cuando este cambio forme parte de nuestra evolución personal y si lo hacemos de una forma ecológica, respetando el entorno más cercano, dejaremos de percibirlo como una amenaza. Y automáticamente se reconfigurará como algo necesario que reafirma nuestro poder, nos da seguridad y nos ayuda a engrasar nuestro viejo motor avanzando hacia nuestra reafirmación, a nuestro progreso ayudándonos a desplegar con más fuerza nuestra influencia.

Miedo a equivocarse. A veces podemos tener miedo a equivocarnos, y caemos en la trampa de quedarnos dónde estamos. Muchas veces no estamos contentos con nuestros resultados y nos empeñamos en repetir lo mismo aún sabiendo que eso nos va a llevar a conseguir un idéntico efecto. Esta resistencia normalmente es una resistencia interior, no te permites fallar, crees que es lo peor que te puede pasar y que si fallas nadie te lo va a perdonar. Cuando no nos lo permitimos nos estamos negando el permiso para experimentar nuevas formas de hacer. “Si haces lo de siempre, obtendrás los mismos resultados”. Darnos permiso para fallar, para equivocarnos, es la única manera de evolucionar. Aprender a darnos permiso, perdonarnos nuestros fallos, encuadrarlos como nuevos aprendizajes es la mejor manera para salir de la parálisis ante el cambio.

Todos sabemos que estas barreras existen o pueden existir, nadie lo niega, y que nos pueden impedir en un momento dado florecer. Por ello la clave está en aceptarlas, reconocerlas, hacerlas conscientes, en abrirles un espacio para la reflexión, en tornar la brújula del cambio a tu favor y en aprender a tomar parte de TU vida. Porque la vida sigue su curso… tú puedes cada día sumarte a ella…cada día eliges consciente o inconscientemente el seguir nadando o el quedarte inmóvil contemplando sus cambios. Porque tal y como decía Heráclito “Todo fluye y nada permanece”, no te quedes parado en mitad de tu camino, atrévete a recorrerlo, Tu puedes aprender cada día a bailar con la vida.


Nuria Sáez Lahoz
Directora Escuela InCrescendo/ Cambiologa

viernes, 8 de octubre de 2010

COACHING & PNL: HERRAMIENTA CLAVE PARA FOMENTAR EL NEUROAPRENDIZAJE

Si pensamos en la forma en que nos desenvolvemos en la vida, nos encontramos con multitud de situaciones en las que el cerebro responde de idéntica manera: desde cómo procesamos la información, la estrategia de pensamiento interna, hasta la respuesta externa que tenemos. Las diferentes experiencias que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida se van empaquetando en programas automáticos según la representación que nosotros nos hagamos de la misma. Nuestras experiencias siempre son diversas, son nuestras representaciones las que las hacen iguales. Es decir “yo no tengo miedo a hablar en público, sino que tengo miedo a lo que me he representado” y esta representación hace que yo sienta temor en cada una de las experiencias en las que tenga que hablar en público. Y cada vez que tenga que expresar algo en público saltará una programación automática que puede ser de pánico, de huida o de parálisis.


Muchas veces funcionamos como autómatas inconscientes, repitiendo y repitiendo lo mismo, sin reflexionar en ningún momento sobre el impacto que nuestras actuaciones tienen sobre nosotros mismos ni sobre los demás, ni sobre su eficacia o validez para conseguir nuestros propósitos o metas. Esto ocurre porque desde nuestro nacimiento, nuestro cerebro y nuestras neuronas, según nuestra propia percepción del mundo y en base a nuestras experiencias y a la representaciones que nos hacemos de la mismas, van conformando una serie de programas que se disparan automáticamente de forma inconsciente ante diferentes situaciones. Muchas de estas programaciones son heredadas, como dice Gilligan, son aliens que nos introdujeron, otras fueron aprendidas durante nuestra infancia o juventud. Estos programas no son ni buenos ni malos, en su momento tuvieron sentido, existía un porqué, pero ahora puede que nos limiten, que nos desconecten de nuestro día a día y que nos impidan seguir avanzando. No hay nada malo dentro de nosotros, solo hay programaciones que algunas veces no sabemos manejar.

Si entendemos el coaching como un proceso de acompañamiento orientado al cambio que realiza una persona (coach) para ayudar a su cliente (coachee) a dar lo mejor de sí mismo, y alcanzar el resultado más optimo posible, acorde con sus dones, capacidades y habilidades. Podemos deducir que el coaching es un camino hacia la transformación individual, y que hoy en día en las organizaciones es una herramienta clave para ayudar a las personas y a los equipos a rendir al máximo de sus posibilidades, que implica hacer aflorar todo el potencial del individuo y ayudarle a superar sus barreras para alcanzar lo mejor de sí mismo. Y en este camino de metamorfosis, el Coaching &PNL supone trazar un bello puente hacia nuestra toma de conciencia, dar un paso más en el “darnos cuenta”, aprender a observar cómo funciona nuestra neurología: cómo se van conformando nuestros programas y aprender a manejarlos, recuperando nuestro poder.

El Coaching & PNL es un viaje hacia la desidentificación de nuestros antiguos patrones de funcionamiento, un pasaje para aprender a transformar nuestra neurología, a poner el foco hacia dentro. Nos ayuda a tomar consciencia de todos aquellos programas que hoy en día nos resultan ineficaces y a ir poco a poco reconfigurándolos , transformándolos en nuevas vías de actuación más saludables, más eficaces. Porque nosotros no somos estos programas, y muchas veces podemos y sabemos actuar de otra manera, abriendo así nuevas puertas a nuestra neurología. Resulta muy difícil cambiar cuando nos sentimos presos, cuando les atribuimos vida propia, creyendo que nosotros no tenemos ningún poder sobre ellos. Dice un antiguo proverbio indio, si tus zapatos te aprietan al caminar suéltalos y si aún así te siguen apretando, siempre puedes comenzar a caminar descalzo. Nuestra transformación comienza por recuperar nuestro poder, cuestionar nuestros programas de funcionamiento y deshacernos de aquellos que ya no nos sirven.


El primer paso para poder cuestionar nuestros programas es mirar hacia dentro. A través del neuroaprendizaje podemos darnos cuenta de que las configuraciones de nuestro cerebro son fruto de nuestras experiencias, que nuestro cerebro altera o define la percepción del objeto y que nuestra estructura mental es la que crea nuestros límites. Y esto solo es posible cuando la persona se centra en sí misma, cuando comienza a poner su atención en su neurología. Aprender a conocernos, a saber cómo funcionamos es nuestro primer reto, ya lo decía el Oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”, y este es primer escalón hacia nuestra evolución.

En el Coaching & PNL, el coach acompaña a su cliente o coachee a transitar por el camino de su neuroaprendizaje, para ello el coach abre un espacio sagrado y seguro desde donde el coachee puede observar cómo está configurado su modelo del mundo: toma conciencia de cómo percibe el mundo, cómo se configura su neurología y a su vez el impacto que esto provoca en el exterior, en lo que dice y hace. Porque la mayoría de las veces solemos culpabilizar a los demás del resultado de nuestra actuaciones, decimos que fue culpa del otro el que yo actuara de esta manera, sin darnos cuenta que nuestra forma de representarnos la experiencia, es decir todo aquello que nos decimos, sentimos o pensamos interiormente afecta a nuestra forma de actuar, y que los únicos responsables de nuestra manera de actuar, somos nosotros mismos.

Crear este “ espacio sagrado” en un proceso de coaching solo es posible cuando existe una entrega de las dos partes. El coach debe ganarse la confianza de su coachee, porque solo cuando existe esta cordialidad es posible la apertura y la entrega en el proceso por parte del coachee. Este espacio, es un ritual de equilibrio entre el dar y el recibir, en que ninguna de las partes es más que la otra, donde todo confluye hacia la transformación interior del coachee , hacia su neuroaprendizaje. Y este lugar solo se puede co-crear desde la humildad y desde el amor. La vanidad y la autocomplacencia son dos grandes enemigas de nuestra evolución.

El coach & PNL acompaña, sosteniendo, desde la aceptación y la escucha profunda, con la escucha del SER, sin juicios, ni prejuicios. Y para ello el coach debe prepararse interiormente antes de abordar este espacio. Es importante que el coach haya vivido un viaje hacia su toma de conciencia, algo que nos gusta denominar “ El viaje del coach hacia su interior”, porque todos sabemos que es difícil acompañar a alguien en un laberinto cuando tú nunca has pasado por él. Este proceso de limpieza y autocomprensión es clave para evitar proyecciones futuras en el proceso de coaching. Porque puede ocurrir que el coach se identifique con alguna cosa que le está sucediendo al coachee y que le cueste mucho abordar si él no tiene resuelto.

Ser Coach &PNL es aprender de uno mismo, entender cómo funcionamos, de forma que cuanto más camino voy recorriendo, más me enriquezco y adquiero más poder para reconocer y manejar lo que ocurre dentro de mí. El poder enseñar a mi cerebro a tomar consciencia, a ver, y a creer que mis pensamientos, mis esquemas mentales, no son mi vida, ese, es mi trance mas profundo.



Nuria Sáez Lahoz

Directora del Programa de Coaching & PNL en la Escuela InCrescendo

martes, 27 de julio de 2010

Habitaciones, ventanas, neuronas y espejos

Leyendo el título de este artículo podría venir a la memoria aquella frase hecha que decía: ¡qué tendrá que ver la velocidad con el tocino! Pues bien, si sigue leyendo encontrará la relación entre estos sustantivos aparentemente inconexos.

La ventana de Johari

Joseph Luft y Harry Ingham hicieron un juego de palabras con las iniciales de sus nombres para denominar una herramienta que inventaron, muy útil para revisar el proceso de la comunicación humana. La ventana se divide en cuatro cuadrantes que muestran la interacción entre dos emisores: los demás y yo. Se entrecruzan ópticas diferentes, por un lado, la exposición (cuánto se muestra a los demás) y, por otro, la retroalimentación (cuánto se acepta de los demás).

El espacio interpersonal resultante se divide en cuatro áreas: Abierta, lo conocido por mí y por los demás. Oculta, lo que conozco pero que ignoran los demás. Ciega, lo que conocen los demás y yo no. Desconocida, todo lo que desconozco de mí, de lo que los demás tampoco tienen constancia. Esta última área es la que me interesa tratar aquí, que incluye lo que conforma el inconsciente: vivencias, instintos, motivaciones inconscientes, acontecimientos de nuestra infancia, potencialidades y recursos por descubrir.

Pero, ¿cómo acceder a lo que no conozco y no conocen tampoco los demás? Buena pregunta, que seguro que también se hizo Freud junto al diván de su despacho en Viena. En palabras del psiquiatra y experto en PNL Allan Santos, el inconsciente es como una habitación a oscuras, en la que el consciente actúa como si fuera una linterna, alumbrando zonas aquí y allá, pero su mayor parte nos es desconocida.

Las neuronas espejo

En 1996 el equipo de Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma (Italia), estaba estudiando el cerebro de monos cuando descubrió un curioso grupo de neuronas. Las células cerebrales no sólo se encendían cuando el animal ejecutaba ciertos movimientos sino que, contemplando a otros hacerlo, también se activaban. Se les llamó neuronas espejo o especulares. En un principio se pensó que simplemente se trataba de un sistema de imitación. Sin embargo, los múltiples trabajos que se han hecho desde su descubrimiento indican que el sistema de espejo permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás.

El sistema de espejo te pone en el lugar del otro. La base de nuestro comportamiento social es que exista la capacidad de tener empatía e imaginar lo que el otro está pensando y sintiendo. Además, esa información almacenada en nuestro inconsciente nos puede servir para aumentar nuestro autoconocimiento.

El comportamiento humano consiste a menudo en respuestas programadas automáticamente. Experiencias vividas anteriormente han quedado grabadas inconscientemente, disparando una misma respuesta en situaciones parecidas. Estas respuestas pueden condicionarse o reprogramarse mediante técnicas de Programación Neurolingüística, que nos brindan la oportunidad de explorar esa oscura habitación sin ventanas, repleta de neuronas espejo, que es nuestro inconsciente.

Jose Enrique León Santos
Cambiologo

sábado, 5 de junio de 2010

Ibercide y la Escuela Increscendo organizan un Programa Superior de Coaching Organizacional, PNL y Sistemas

ZARAGOZA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -



Ibercide y la Escuela Increscendo, especialistas en cambio, desarrollo personal y organizacional, se han unido para impartir el próximo mes de octubre y en las instalaciones de Cogullada la primera edición del Programa Superior de Coaching Organizacional, PNL y Sistemas, en Zaragoza.

Para dar a conocer en profundidad dicho programa, mañana, jueves 3 de junio, a las 19.00 horas, una de las gerentes de la Escuela Increscendo y Coach profesional con una amplia experiencia en este campo, Nuria Sáez, tomará la palabra para hablar sobre el coaching como un encuentro hacia el cambio y sobre los antecedentes, procesos y qué aporta la Programación Neurolingüistica al coaching, en la Sala Alcarria de Ibercaja Patio de La Infanta.

En opinión del director de Ibercide (Centro Ibercaja de Desarrollo Empresarial), José Antonio Domínguez, "es crucial en estos momentos de cambio apoyar a las empresas y en concreto a sus recursos humanos. Con este programa especializado de coaching lograremos ayudar a desplegar al máximo los talentos y la capacidad de aprendizaje de las personas que componen los mandos directivos de las mismas".

"Es de vital importancia desarrollar más que nunca las habilidades de inteligencia emocional para generar entornos de trabajo de efectividad y bienestar. Desarrollar un estilo de liderazgo que permite obtener resultados a través de una concepción de servicio y contar con una visión sistémica de las organizaciones, comprender la clave en los procesos de cambio estratégico organizacional", aseveró.

El coaching es el proceso de acompañamiento orientado al cambio, que realiza un coach para ayudar a su cliente o coachee a dar lo mejor de sí mismo, y a alcanzar el resultado más óptimo posible acorde con su capacidades, dones y habilidades.

Este curso está dirigido de forma preferente a consultores que deseen ampliar su portafolio de servicios; coach que quieran ampliar sus capacidades competenciales; directivos con ganas de adquirir o perfeccionar su habilidades de coaching; para líderes de equipos de cambio, profesionales de recursos humanos o titulados medios o superiores que deseen adquirir o mejorar sus habilidades interpersonales o grupales.

Este programa ha recibido el reconocimiento de AECOP (Asociación Española de Coaching y Consultoría de Procesos), perteneciente a la EMCC (European Mentoring and Coaching Council), en la edición que se está realizando actualmente en Madrid y la Escuela Increscendo, está en proceso de homologación para obtener dicha certificación para esta edición en Zaragoza, antes de que el Programa de comienzo. Será por tanto un programa válido para la Certificación como Coach Profesional y Senior en AECOP.

AECOP es la Institución de referencia del coaching empresarial y ejecutivo de España y acredita a profesionales que prueben haber reflexionado sobre sí mismos y que reconocen la necesidad de la formación y reflexión continuas sobre su trabajo. AECOP se abre también a ejecutivos, directivos y profesionales que, sin ejercer la profesión de coach, creen en las habilidades y herramientas de desarrollo personal y grupal que proporciona el coaching.

La duración del programa será de 160 horas, de la cuales veinte serán de prácticas externas obligatorias con clientes reales y que tengan un perfil directivo, distribuidas en un fin de semana al mes, viernes, hasta las 20.30 horas, y sábado por la mañana.

lunes, 19 de abril de 2010

Y TÚ, ¿COMO LIDERAS TU TIEMPO?

Liderar tu tiempo, es influir en tu propia vida. No podemos añadir más horas a nuestro día, ni podemos ahorrar todo aquel que no consumimos, cada día tiene 24 horas ni más ni menos y lo que no gastes o consumas no lo puedes ahorrar para aprovecharlo en otra ocasión. Lo que sí que podemos hacer es añadir más liderazgo a nuestro vida para aprender a liderar nuestro tiempo. Muchas veces desperdiciamos el tiempo, ignorando que se trata de un recurso no renovable y no nos importa  malgastar lo que nos sobra, cosa que no ocurre por ejemplo con nuestro dinero, normalmente este recurso siempre lo cuestionamos y nos gusta reflexionar sobre su uso.


Pero liderar bien tu tiempo implica aprender a conocerte, a poner la atención en tus hábitos, en tus programas inconscientes, en tus costumbres, porque detrás de estas rutinas nos podemos encontrar con grandes sorpresas. ¿Te preocupas por tener momentos de reflexión a lo largo del día?, ¿tienes planificado momentos de diversión al igual que momentos de máxima concentración?, ¿conoces cuáles son tus  horas de máximo rendimiento?

No solo no nos conocemos, sino que además desconocemos el motivo por el cual la vida no nos da más de sí. Y utilizamos el viejo argumento de que “No tenemos tiempo” normalmente para justificar esa lista interminable de buenos propósitos que escribimos en algún momento para acallar nuestra conciencia. Pero, ¿te has parado a pensar que cuáles son esas cosas de la lista que no sueles cumplir? Precisamente suelen ser aquellas que menos te gustan hacer como lo de ir al gimnasio, llevar una vida más sana, hacer esa llamada a a aquel que nunca llamas, dedicar espacios del día a la reflexión, o hacer ese régimen que no sabes si quieres comenzar…

La energía y no el tiempo es el recurso más importante. Solemos decir que no tenemos tiempo, cuando lo que no poseemos verdaderamente es la energía necesaria para hacer todas las cosas que queremos hacer. Entonces tenemos que empezar  priorizar y  planificar y esto siempre implica tomar decisiones, y es aquí  donde suelen aparecer algunos de nuestros fantasmas: el miedo a equivocarnos, el querer llegar a todo y no dosificar o el comenzar por lo que nos gusta y no tener nunca tiempo para todo lo que no nos apetece  hacer. ¿Te has parado a pensar cuánta energía dispones a lo largo del día, y si cada día la derrochas o sabes preservarla y dosificarte? Deberíamos entrenar en disfrutar de nuestras cuatro energías como hacen los atletas o deportistas antes de una competición. ¿Os imagináis a algún deportista en algún campeonato sin haber entrenado nunca?

Y cuando hablamos de aprender a dosificar nuestra energía, hablamos de las cuatro energías: la física (ejercitados físicamente), la mental (concentrados mentalmente), la emocional (conectados emocionalmente) y la espiritual (alineados con un propósito superior). La energía es una estrella de cuatro puntas y es necesario que estos cuatro vértices sepan estar en equilibrio. Si nos olvidamos de alguna para incrementar la alguna otra, esto siempre nos pasa factura. Si hay más energía física que emocional domina la ira. Si hay más energía emocional que física, la pereza. Todos normalmente tendemos a satisfacer unas puntas de las estrella antes que las otras ¿Te has parado a pensar cuál es la punta de tu estrella más olvidada?

La física. ¿Te preocupas por hacer ejercicio, sueles comer comida sana? ¿Duermes lo suficiente? ¿Te mantienes en forma?

La mental. ¿Mantienes activa tu mente con las cosas que te gustan? ¿Sueles leer, escribir o disfrutas con alguna actividad mental asiduamente?

La emocional. ¿Estás cerca de las personas que quieres? ¿Vives tu vida con emociones positivas? ¿Te permites disfrutar de estar con la gente a la que quieres?

La espiritual. ¿Tienes claro tu propósito de vida? ¿Sueles dedicar espacios de tiempo a reflexionar sobre lo que es importante para ti?



Si tuvieras que puntuarte en cada una de las cuatro, qué notas te pondrías. Entrenar las energías en poner atención en las cuatro puntas de la estrella, para que ninguna caiga en el olvido y para convertirnos en los auténticos protagonistas de nuestra vida,

Y tú, actualmente, ¿dónde tienes puesta tu energía?



 Por Nuria Sáez/ Cambiologa

miércoles, 14 de abril de 2010

LA DIVERSIDAD Y LA DINAMICA ESPIRAL

Por Julián Trullén, cambiólogo y socio director de InCrescendo.


Dicen Fabien y Patricia Chabreuil, autores de La Dinámica Espiral, editada por Vesica Piscis, que el ser humano acaricia desde siempre la fantasía de la unificación del mundo bajo un sistema de valores único. Ya en 1962, en La galaxia Gütemberg, Marshall Mac Luhan formulaba la famosa metáfora de la aldea global. Pero el mundo no es una aldea. En una aldea todos los habitantes comparten, más o menos, el mismo modelo del mundo, el mismo estilo de vida y los mismos valores. En nuestro planeta, si la población mundial se viera reducida a una aldea de 100 habitantes, 42 personas no tendrían acceso a agua potable, 33 vivirían en una situación de guerra, 60 no sabrían leer, escribir ni contar, una sería rica y poseería la mitad de la aldea, 80 practicarían una religión, entre ellos, 40 estarían obligados a hacerlo, solamente cinco habrían ido alguna vez de vacaciones, y siguen datos parecidos.

La diversidad es inevitable, querámoslo o no. Hoy sabemos que la diversidad es un factor que influye claramente en el funcionamiento de los equipos de trabajo. Todo el mundo está de acuerdo en que se pueden obtener mejores resultados en un mundo tan complejo como el de hoy, aprovechando las diferencias, la heterogeneidad , ya que podemos conseguir que los equipo, en esencia diversos, sean mucho más creativos, más eficaces en su trabajo y que resuelvan mejor esos problemas tan complejos a los que nos enfrentamos cada mañana.

La creencia de que una cultura estable y afianzada en la organización garantiza la eficiencia, la productividad y el clima laboral, ha dejado de existir . Durante los años que llevamos trabajando con múltiples equipos, nos hemos dado cuenta de que no gestionar adecuadamente la heterogeneidad da lugar a equipos desintegrados, rotos, divididos en subgrupos que se mueven en función de sus propios objetivos, que no se comunican con el resto y cuando lo hacen, entran en conflictos, y se convierten en problemas personales de difícil solución.

Por otro lado, hemos constatado que las organizaciones que gestionan adecuadamente la heterogeneidad de las personas, funcionan de manera mucho más eficaz, y alcanzan una posición mejor en los mercados.

La mayoría de las prácticas de gestión de la diversidad se centran en aspectos observables, aspectos relacionados con los factores demográficos género, edad, etnia… pero las menos se centran en factores, no directamente observables, pero que afectan al desarrollo del trabajo en equipo, incluso más intensamente que los anteriores. Hablamos de las creencias, cuyas estructuras sustentan los valores de cada persona, y que en muchos casos, provocan las dinámicas ocultas generadoras de conflictos.

La Dinámica Espiral nos da una nueva luz sobre la evolución de las personas, la identificación de sus diferencias y la multiplicidad de los sistemas de valores y, desde ahí, poder comprender mejor las dinámicas ocultas de los equipos. Lo que potencia y lo que merma el vínculo de las personas dentro del equipo. Nos enfrentamos a la diversidad de valores de modo duradero, y es de un gran interés para nosotros aceptarla, comprenderla y aprender a vivir con ella de una manera operativa.

Debemos de aprender a aceptar la diversidad de valores ya que a parte de ser una fuente de complejidad es, sobre todo, una oportunidad en la que cada sistema de valores que existe, por muy extraño que pueda parecernos, es portador de aspectos positivos y soluciones que pueden ser útiles en circunstancias particulares. Además, hoy sabemos que los valores profundos son totalmente inconscientes y su impacto en las personas y las organizaciones que creamos es inmenso. «Cuando un ser humano está centrado en un nivel de existencia, tiene una psicología propia de dicho nivel. Sus emociones, motivaciones, sentido de la ética y de los valores, su bioquímica, su grado de activación neurológica, su sistema de aprendizaje, sus creencias, su concepto de la salud mental, sus ideas con respecto a las enfermedades mentales y la manera de tratarlas, sus conceptos y preferencias en materia de gestión de empresas, de educación, de economía, de teoría y práctica políticas son todos característicos de ese nivel.», declaraba Clare W. Graves, quien investigó durante 25 años cómo evolucionan los seres humanos y las sociedades. Así llegó a definir ocho niveles de existencia, que muestran en la práctica el acierto del modelo de Abraham Maslow (1908 – 1970), pero a diferencia de él, Graves descubrió que la madurez psicológica no existía en cuanto estado, sino que era un proceso que se iba desarrollando en el tiempo y que quizá no tuviera fin.

Pues bien, la Dinámica Espiral nos abre una puerta hacia una nueva toma de CONCIENCIA, la comprensión de los aspectos no observables, hacia una mejor comprensión de las personas, del concepto de diversidad y, por tanto, hacia la construcción de organizaciones más competitivas, hacia la construcción de un nuevo mundo.

Desde el inicio, las empresas, las consultoras ilustres se han encargado de desarrollar mecanismos y herramientas para que las organizaciones puedan “tomar conciencia”, y si no piensen, qué es un diagnóstico de proceso, una evaluación EFQM, una encuesta de cliente… Son herramientas de toma de conciencia sobre aspectos observables de las organizaciones. Así, el concepto CONCIENCIA en mayúsculas tiene que ver con reconocer el verdadero potencial que tienen las personas y los equipos de personas, de reconocer el SER, la potencialidad entre lo que creemos ser y lo que podemos llegar a ser. Los cambiólogos cuando actuamos en las organizaciones hacemos que el cliente se ponga “unas gafas con la que liberar el talento enlatado”, utilizamos herramientas que nos ayudan a comprender lo invisible, lo no que no es directamente observable, de forma que les brindamos la oportunidad de atreverse a ”abrir la lata” . La dinámica espiral del profesor Graves, desarrollada por Don Beck, es una de esas herramientas que ayuda a construir equipos y sociedades –por qué no decirlo- más felices.

miércoles, 7 de abril de 2010

LA DINÁMICA ESPIRAL

Recientemente Julíán y yo hemos tenido la suerte de prologar este libro sobre el que a continuación escriben e informan nuestras compañeras y colaboradoras de  CVA (Comunicación de Valor Añadido) nuestra empresa de comunicación. Lo queríamos compartir con los lectores del blog y recomendaros su lectura.
LA DINÁMICA ESPIRAL

Comprender cómo se organizan y por qué cambian los seres humanos
De Fabien y Patricia Chabreuil

“Tras el fin del apartheid, Nelson Mandela llamó a Don Beck para que fuera el coach psicológico de los Springboks, el equipo de Rugby de Sudáfrica, que por primera vez llegó a ser multirracial y ganó el campeonato del mundo en 1995. Esta es una de las aplicaciones más prestigiosas del modelo de Clare Graves, hoy llamado la Dinámica Espiral, que ha sido calificada como ‘una teoría que lo explica todo’”.


Madrid, 24 de marzo de 2010.-La Dinámica Espiral es uno de esos libros que según se lee, el lector desea saber más. Con la Dinámica de la Espiral o Spiral Dynamic tenemos un mapa preciso que responde a las grandes preguntas y supone una cartografía precisa de la complejidad del ser humano, sobre cómo evolucionamos y por qué cambiamos. ¿En qué nivel de existencia me encuentro? Y en mi empresa ¿qué implican los valores que nos guían? Y en España, ¿dónde estamos social y políticamente? Pero sobre todo, ¿cómo podemos dirigir a nuestro favor los cambios inevitables de la vida?


Desde sus orígenes, el ser humano ha evolucionado de los primitivos homínidos pendientes sólo de alimentarse y protegerse de las inclemencias, a las sociedades tecnológicas de nuestro tiempo, en las que cada día se crean nuevas y más complejas necesidades. Esa evolución se puede sintetizar en ocho etapas o niveles de existencia que se han sucedido a lo largo de la historia, y que se reproducen también en el desarrollo de cada persona a lo largo de su vida. Cada uno de estos niveles responde a unas condiciones del entorno y a la necesidad de las personas de adaptarse a ellas, con valores y capacidades cerebrales que también han evolucionado a través de milenios de historia desde la pura supervivencia y la defensa a la comprensión de la vida como un todo, en continua evolución.
Cómo nace la Dinámica Espiral

“Pero profesor Graves, ¿cuál es la buena?”. Cansado de que sus alumnos de Psicología le preguntaran una y otra vez cuál era la teoría psicológica correcta, Clare W. Graves (1914 – 1986) decidió preguntar a sus estudiantes qué era para ellos una persona madura con el fin de encontrar una respuesta a esta pregunta. Durante años recopiló miles de testimonios que fue clasificando hasta llegar a elaborar la “Teoría de la emergencia cíclica de los niveles de existencia biopsicosociales”, que definió con mucho sentido del humor:


“En resumen, propongo que la psicología del ser humano maduro sea un proceso emergente y oscilante que se despliega en forma de espiral y que se caracteriza, a medida que van cambiando los problemas existenciales del ser humano, por la subordinación progresiva de sistemas de comportamiento antiguos a sistemas nuevos y más complejos.”


Años después, los profesores Don Edward Beck y Christopher C. Cowan conocieron a Graves y comenzaron una colaboración, que continuaron tras la muerte de éste con el fin de dar a conocer el modelo de la Dinámica Espiral.


Robert Graves, investigó durante 25 años cómo evolucionan los seres humanos y las sociedades. Así llegó a definir ocho niveles de existencia, que muestran en la práctica el acierto del modelo de Abraham Maslow (1908 – 1970), pero a diferencia de él, Graves descubrió que la madurez psicológica no existía en cuanto estado, sino que era un proceso que se iba desarrollando en el tiempo y que quizá no tuviera fin.


Hasta la fecha, se han descrito ocho niveles, que van desde la más pura supervivencia a la visión holística, sintetizada en la creencia de que el mundo y su bienestar es cosa de todos, individual y colectivamente. La espiral reconoce algo evidente, que en la actualidad todos los niveles de existencia, menos el primero y el octavo (ambos muy minoritarios), conviven unos con otros, y conocerlos y comprenderlos es la clave para gestionar la diversidad


CVA
Cristina Gómez - Lola Salado

jueves, 25 de marzo de 2010

Cambio y Creencias

“La gente no cambia” y “La gente cambia por las cosas que importan": las dos son creencias. ¿Con cuál te quedas?, ¿de quién depende?

Según Robert Dilts: "Las creencias son juicios y evaluaciones sobre nosotros, los demás y el mundo que nos rodea". Las creencias están basadas en lo que nos han enseñado y en nuestras experiencias y tienen una gran influencia en nuestro comportamiento. Son las reglas en las que nos apoyamos. Podemos creer en lo que queramos. Nuestra vida está llena de creencias y de nosotros depende si las usamos para potenciarnos o para limitarnos.

Nos pasamos la vida cuestionando a la gente que tiene creencias diferentes a nosotros. ¿No sería mejor, cuestionar nuestras propias creencias limitadoras? Las creencias limitadoras nos coartan y se convierten en obstáculos. Una creencia potenciadora nos abre y permite que veamos más allá de nuestros ojos. Nos da permiso para llegar allí donde queremos. Hace que nos movamos hacia el cambio y nos enfoquemos hacia nuestro crecimiento. Las creencias son como la gasolina que nos empuja a movernos, si ponemos el foco en lo que nos limita, lo que hacemos es reducir nuestra gasolina hacia el cambio y la transformación. Sin embargo si modificamos nuestra orientación y ponemos nuestra energía en lo positivo, en lo que nos potencia, lo que hacemos es llenar nuestro depósito a tope. Depende siempre de nosotros mismos, de si somos capaces de darnos cuenta, de llevar al consciente, de cuestionarnos. Detrás de muchas de nuestras verdades universales, hay grandes creencias limitantes que nos impiden avanzar, que nos impiden salir de nuestra“zona de confort”. Muchas veces vivimos con creencias impuestas y no somos conscientes de lo que nos restringen. Nos gusta juntarnos con gente que tiene las mismas creencias que nosotros porque nos retroalimentamos. Una creencia no es una verdad absoluta, aunque a veces lo pensemos. Por ello, no podemos pensar que las creencias de los demás son menos válidas. Si soy consciente que es una creencia, y que el otro, tiene derecho a creer de manera diferente, me permitirá ser mas tolerante.

Al cuestionar nuestras creencias tenemos el poder de decidir cuál queremos hacer nuestra. Yo decido creer que puedo, yo decido creer que todo va a salir bien y confío. Si yo pienso que no voy a poder, ni siquiera lo intento ¿Por qué no nos potenciamos más?, ¿qué nos lo impide?, ¿qué es lo peor que puede pasar si cambiamos nuestras creencias a nuestro favor y a favor del mundo que nos rodea?

¿Qué es lo que hace que realmente cambiemos una creencia? ¿Qué nos mueve hacia el cambio? Cambiar es más que ser conscientes, es más que querer cambiar, es más que saber el valor de ese cambio. Es una emoción llena de fuerza que nos lleva a vivir, y la vida es cambio y adaptación. Soy consciente que esto último es una creencia personal. Una creencia que me llena de esperanza, que día a día corroboro y que sin ella me sería imposible hacer lo que hago.

De nosotros y de nuestra percepción del mundo dependen nuestras creencias. “La gente no cambia” y “La gente cambia por las cosas que importan”. ¿Con cuál te quedas?

Vanessa Cortes/ Cambiologa

martes, 16 de marzo de 2010

Coaching de Identidad

No somos lo que creemos que somos, ni siquiera lo que los demás piensan que somos.

Nuestra identidad es mucho más profunda, podríamos decir que es la suma de todas nuestras identidades potenciales y que a menudo como si de una baraja de cartas se tratará queda reducida a una o como mucho a varias cartas de la baraja. A veces ni siquiera nos gusta la carta con la que nos ha tocado jugar, es una etiqueta que alguien colgó sobre nosotros y que en un momento aceptamos sin rechistar, porque nunca nos hemos llegamos a cuestionar o porque creíamos estar cómodos o cómodas con ella.

Pero cuando colgamos etiquetas o cuando aceptamos las que nos cuelgan los demás, lo que hacemos es reducir la carta de barajas de nuestra identidad, congelando y quedándonos con solo una parte de la misma. Y en vez de abrirnos y sentir que somos mucho más, nos cerramos a nosotros mismos y también  hacemos lo mismo con los demás. El coaching de identidad es un coaching orientado al despertar de nuestra conciencia, una invitación a darnos cuenta de todas nuestras identidades potenciales, a no caer en el error de la identificación y a aceptar y reconocer esas otras partes de nosotros que más nos cuesta integrar.

¿Por qué nos identificamos? Muchas veces las personas tenemos una serie de ideas, de creencias sobre nuestra forma de ser, sobre nuestro “Yo ideal”, es decir sobre cómo tenemos que ser o como nos debemos comportar con los demás. Es una especie de “Tengo que ser así, porque si no seré amado, aceptado o reconocido “. Al construir este ideal lo que hacemos es negar la parte de nosotros mismo que no se corresponde con lo idóneo y así es como poco a poco van surgiendo nuestras sombras (aquello que somos pero que no queremos ser porque consideramos que no es lo ideal). Esta identificación nos impide conectar con nuestra verdadera esencia y nos impulsa a negar todo aquello que somos pero que no queremos ser.

Nuestras sombras se pueden convertir en nuestro mayor enemigo cuando huimos o cuando nos resistimos a ellas, porque tal y como dice Robert Dilts todo aquello a lo que te resistes persiste y lo que aceptas te libera, y solo desde nuestra toma de conciencia, desde la aceptación de esa parte de nosotros que también somos pero que no nos gusta tanto podemos liberarnos y hacer algo más grande.

En coaching de identidad el coach ayuda al coachee a tomar conciencia sobre la infinidad de cartas que tiene en su baraja, a reconocer que esa parte ideal de su ser es solo una pequeña parte que él se ha construido para gustar o ser reconocido pero que él es mucho, mucho más… Le invitamos a conectar con sus sombras y a reconciliarse con esa parte que a él que le gusta menos. Le ayudamos a integrarla, a trascender y a hacer algo más grande. Porque somos MUCHO, MUCHO MÁS…



Nuria Sáez/ Cambióloga

lunes, 22 de febrero de 2010

Artículo del Doctor Carvajal sobre los beneficios de la respiración y la meditación

Ha llegado a nuestas manos esta maravilloa de artículo del Dr Carvajal que nos gustaría compartir con vosotros.


DR. CARVAJAL

El hombre es milagroso en cuanto que puede transformar su pasado. Algunos dicen “no se ocupen del pasado que el pasado ya no existe”, pero el pasado está vivo, presente, doloroso, en cada una de nuestras células, frecuentemente, produciendo enfermedades. El problema del pasado es simplemente que haya pasado, que lo dejemos atrás como una estatua congelada. Pero al pasado hay que hacerlo presente vivo para transformar su historia, para leerlo en otro código, para interpretarlo en el código del amor, y, cuando interpretamos el pasado en el código del amor, nuestras heridas de la infancia se sanan. Y ahí nosotros somos los psicólogos, los psiquiatras, podemos sanar nuestra vida; todos estamos llenos de dolores, y a veces de dolores absurdos, que cargamos en la vida sin ni siquiera reconocer que existen. La técnica respiratoria es muy importante, sobre todo la fase de pausa respiratoria, ¿por qué razón? Porque cuando tú respiras lentamente y haces una pausa en la inspiración, la energía del inconsciente y el subconsciente sale a flote, es decir se pregunta ¿que pasa aquí que no están respirando? En ese momento el inconsciente hace aflorar a la consciencia una parte a la que no habíamos tenido acceso, de la que éramos víctimas pero que no habíamos reconocido nunca en la vida, y en ese momento podemos dialogar con el subconsciente y podemos sacar nuestras heridas más profundas. Cuando hacemos eso podemos ir más lejos, así es como actuamos para la autosanación. Yo puedo decirme, por ejemplo, ¿de dónde viene esta alergia?, si tengo una alergia y quiero librarme de ella. La alergia es algo que rechazo, un virus, una bacteria, un hongo, el frío, el calor, pero eso no es del todo cierto, eso es quedarnos muy cortos. No hay personas que sean alérgicas sólo al frío, las personas alérgicas al frío también tienen miedo a la soledad, tienen miedo al frío del alma, al frío en los sentimientos, a la frialdad del papá o de la mamá, al desafecto, es decir, el frío es simplemente un símbolo. Cuando yo soy alérgico a algo, hay algo que rechazo o que temo. Entonces si quiero cambiar mi alergia, reconozco mi alergia. Si sé que no reconozco mi alergia porque me hace sentir vergüenza, entonces trabajo con la vergüenza: ¿que cosas en la vida me evocan vergüenza? Luego experimento el sentimiento de la vergüenza y veo como experimento la vergüenza, a veces me pongo pálido y frío, otras veces me pongo rojo como un tomate, otra lo experimento como un vacío o como un hueco a nivel del plexo solar, la puedo experimentar de muchas maneras. Dónde y cómo experimento la alergia, me da una idea de la parte de mi energía que está comprometida.

Vamos a ver otro sentimiento, el miedo, yo diría que la mitad de nuestros lumbagos son por miedo. El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle “tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también”. Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular, es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo. Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

La enfermedad es mi problema, no es el problema del médico, es mi responsabilidad, yo también tengo que ver con eso. La medicina no puede ser el arte de pasarle la pelota al médico, porque le pagamos.

La nueva medicina de la consciencia, es el arte de responsabilizarnos de nuestra vida, y de descubrir que realmente podemos hacer mucho por nuestra vida.

Frecuentemente, vemos que una persona con un cáncer ha tenido un shock, o una pérdida afectiva muy grande. Si una pérdida afectiva le produce un vacío existencial de tal dimensión que se vuelve un vacío de energía, y permite que las células degeneradas puedan invadirle, es porque estaba apegado, ese es el problema del apego que yo debo reconocer. Si alguien se va y yo lo vivo desde el amor, desde el desapego, sé que su consciencia está conmigo, lo dejo partir no lo amarro.

Muchas veces, vemos a alguien al que se le muere el papá o la mamá pero no lo deja partir, eso es literalmente cierto, se queda con parte de su energía anclada al plexo solar. Esa anclada energética puede crear crisis de pánico, de hipertensión, cosas violentas en la clínica. Si nosotros logramos que la persona se sane, es su alma la que lo sana. El sanador no lo hace por el paciente, yo como sanador soy un imán que le doy la carga que su alma necesita, realmente, la sanación es rescatar la autonomía, la autogestión, y la libertad del otro, para sanarse. La verdadera sanación es darte las herramientas para que tú, desde tu consciencia, te sanes, no desde tu consciencia racional, sino desde tu sentimiento, desde tu amor, desde tu afecto.

Frecuentemente cuando uno está haciendo una sanación, ve que la persona, aunque no le haya dicho ni una palabra, empieza a llorar y a sacar su resentimiento, y luego siente una sensación de paz, que no es mi paz, es su paz, es la paz de Cristo que también habita en la persona que está siendo sanada. La paz está ahí, ha estado siempre ahí, es parte de nuestra esencia, se trata simplemente de quitar todos aquellos apegos, aversiones, sentimientos, separatismos, toda aquella capa de ignorancia, para que la paz se revele tal cual es, y cuando la paz se revela, germina el amor, y cuando germina el amor la sanación es posible, aunque lo que tenga sea un cáncer, o un lupus.

Pero no te culpes si no lo logras, porque tú participas también en los problemas genéticos de la herencia, de la humanidad como grupo. Esto no es para creerse superman, uno puede ser muy orgulloso y decirse “estoy triste porque no me curé el cáncer”, eso no es un fracaso, el cáncer es un maestro, a veces aprendemos la lección en una ocasión, otras veces necesitamos diez oportunidades, y otras necesitamos cien vidas tal vez, pero lo importante es aprender la lección. Uno no aprende medicina de un día para otro, hay lecciones supremamente complicadas y difíciles. También nos diplomamos o nos especializamos en el alma, cuanto más grande sea el desafío, más grande es la oportunidad de crecimiento.

Yo solo les he puesto un ejemplo de cómo podemos retomar nuestras emociones, identificar nuestras emociones, aceptarlas, no seguir huyendo de ellas, y así poder transmutarlas. Pero una vez que sentimos la emoción, hay una pregunta fundamental ¿cuál es la lección que hay debajo de esta emoción negativa? ¿Cuál era el mensaje, qué me quería decir esta actitud y esta enfermedad?

Cuando yo no digo NO, en la vida, termino resentido y con ira, pero la ira no es el problema, la ira me está diciendo que hay que aprender a reafirmarme diciendo NO. La ira es la mejor estrategia de autoafirmació n. Cuando yo manifiesto la ira y la transmuto, esa ira se vuelve sanadora, es lo mejor de mi fuerza, mi ira barre y limpia la casa y hace las cosas más rápidamente, ustedes han visto a un ama de casa que en su ira revolotea y el almuerzo está hecho a las diez de la mañana. Yo sabia cuando mi mamá estaba iracunda, porque a las diez de la mañana mi casa estaba como un espejo. Es así, la ira es una forma de energía que se puede transmutar físicamente, el hecho de que la transmutemos físicamente, no resuelve la fuente de la ira, la fuente de la ira es la necesidad de autoafirmarse, y la necesidad de autoafirmarse es la necesidad de renunciar a la falsa complacencia.

Crecer espiritualmente no es decirle que sí a todo el mundo. El crecimiento espiritual no tiene nada que ver con la bobada, perdónenme la expresión, pero ser espiritual no es ser bobo, y ser tolerante no es ser bobo, la tolerancia no excluye la autoafirmación. La autoafirmación es condición del crecimiento espiritual. Así que yo tengo que descubrir la lección, debajo del evento negativo, porque el evento negativo no es sino la apariencia, la sombra. Pero esa sombra cuando la quito abre una puerta luz, una lección que yo puedo aprender en mi vida.

Dr. Jorge Carvajal Posada

domingo, 7 de febrero de 2010

Enlace al programa de radio Pensamiento Positivo

¡Hola!! Os paso un enlace al programa de radio de Sergio Fernandez sobre Pensamiento Positivo, en el cual interviene Julián (primer vídeo del programa) y nos habla sobre cómo resolver problemas con  el nuevo paradigma. http://www.pensamientopositivo.org/

lunes, 1 de febrero de 2010

¿Alguien se atreve a cambiar de paradigma?

¡¡Hola a todos!!
Queríamos compartir con vosotros este artículo publicado este fin de semana (30/31 de Enero) en Cinco Días.
La opinión del experto
¿Alguien se atreve a cambiar el paradigma?

Julián Trullén propone aprovechar la difícil situación económica para renovar las organizaciones, para que sean más abiertas y se conviertan en comunidades de aprendizaje e innovación.
Julián Trullén - 30/01/2010

Siglo XXI, primera década, 2010. Cuentan tradiciones milenarias, los mayas, los Vedas hindúes y la astrología, que en 2012 se producirá el punto de inflexión hacia un cambio evolutivo en el planeta Tierra. También coinciden en que depende de nosotros que este cambio sea a favor o en contra de la humanidad. El filósofo contemporáneo Jordi Pigem reafirma esta tesis en su obra Buena crisis, quizá una de las más esclarecedoras sobre el momento que vivimos. El informe sobre Innovación para el Desarrollo 2009-2010 resuelve que aunque España ha mejorado algo, sigue en el furgón de cola de los países europeos. Suecia encabeza la lista. Hamel en 2007 avisó: "No podemos afirmar nada certero sobre el futuro, con una excepción: en algún momento de la próxima década, su empresa se enfrentará al reto de cambiar de una manera que no tiene precedente y ahí está el reto, crear organizaciones capaces de renovarse continuamente, sin crisis previas que lo justifiquen". Acabamos de dar la bienvenida a la próxima década. Recibimos el año con cerca de cuatro millones desempleados. Los retos desde una intención positiva son apasionantes, pero a la luz de los resultados parece que, amén de otras, en España vivimos una crisis de innovación. O ¿serán todas la misma?



El índice de capacidad innovadora de un país es el resultado del entorno institucional, el capital humano, la formación e inclusión social, el marco legal, la investigación y desarrollo y el uso de las TIC. Según a quien se escuche, en España tenemos algo de todo, si bien claramente insuficiente. Pero ¿qué nos impide innovar? Nuestra forma de ver el mundo, nuestras maneras inconscientes de pensar, nuestros paradigmas. Todo apunta a que 2010 es el tiempo para decir adiós a esas gafas de tinte burocrático que nos han acompañado durante años. Para decir adiós al economicismo del que nos habla Pigem y que tiene en jaque a la humanidad. Es el tiempo de abandonar esos antiguos pensamientos que dicen que lo que no tiene valor económico no es importante y que se basan en el individualismo y la competencia ciega. Es tiempo de olvidarnos de las organizaciones lideradas desde el miedo, en las que se premia la mediocridad, la obediencia, el peloteo o el sálvese quien pueda. Es la ocasión para salirnos de antiguas forma de pensar y de una realidad muy actual como es la crisis del liderazgo.



Hoy, siglo XXI, 2010, nuestro reto consiste en cambiar este antiguo paradigma hacia uno nuevo en el que las organizaciones sean sistémicas, es decir, sistemas abiertos y dinámicos, convertidos en comunidades de aprendizaje e innovación, en las que se compartan retos, los líderes estén al servicio de sus equipos y los empleados sean percibidos como seres humanos con pasión, imaginación, respeto, cariño y libertad, capaces de pensar y de crear más allá de su conocimiento y experiencias previas. ¿Les suena Google? Una mirada a las creencias en el refranero español, la expresión de nuestros pensamientos más arraigados, hablan de un país en el que más vale malo conocido que bueno por conocer, en el que si cuestionas un proyecto estás buscando los tres pies al gato. En definitiva, un país en el que los jefes se mantienen en sus trece y donde más vale pájaro en mano que ciento volando.



La reflexión, aunque simpática, resulta poco alentadora. Estos pensamientos subyacen en el inconsciente colectivo de personas y organizaciones; nos condicionan y limitan a la hora de atrevernos a definir una nueva estrategia, a la hora de lanzar una idea a nuestro jefe, a la hora de asumir un cambio. A la hora de dejar atrás el viejo paradigma de control, por uno nuevo donde la colaboración garantice la competitividad, donde el miedo deje paso a la confianza.



Hamel pronostica que cambiar una organización es muy difícil porque a los directivos no les entusiasma la idea de ceder poder y autoridad. En los próximos años veremos un cambio drástico en la definición de líder. Estará menos relacionado con tomar las decisiones clave o tener una visión de futuro y más con crear las condiciones necesarias para permitir a otra gente innovar y crear esa visión. En este nuevo modelo, un consultor o un formador no son suficientes. Hacen falta cambiólogos, la evolución del consultor clásico, formador, que en su trayectoria profesional y vital ha hecho cambios conscientes en su identidad, valores y creencias, asociados a un pensamiento humanista. Habla del cambio desde el aprendizaje que le ha provocado su propio cambio individual.



Así las cosas, desde unas fuentes u otras, parece que 2010 es el año clave para decir adiós a la crisis, de comenzar a cambiar ese viejo paradigma que, si el calendario maya no se equivoca, toca a su fin el 22 de diciembre de 2012. La cuenta atrás ha comenzado. ¿Se atreve a cambiar de paradigma?



Julián Trullén. Socio director de Increscendo

lunes, 18 de enero de 2010

CUARENTONES | UNA GENERACIÓN CON SUERTE

Os mando este artículo publicado ayer en la revista "Magazine" de "El  Mundo" en el que hablo sobre la generación del 69, que por cierto es la mía!!
Y también el enlace http://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2010/538/1263403245.html

CUARENTONES  UNA GENERACIÓN CON SUERTE

Por SILVIA GRIJALBA.

1969, el mejor año para nacer
Si usted tiene 40 años, acaba de cumplir 41 o va a celebrarlos en 2010, sepa que es uno de los integrantes de una generación afortunada, al menos en teoría: la de quienes crecieron en democracia, vivieron innovaciones tecnológicas que han hecho su vida más fácil y mejor preparados están para afrontar la crisis. Cuatro rostros populares nacidos en 1969 cuentan qué hecho les ha impactado más durante estos años y cómo es esa 'generación puente' que jugó a las chapas en la calle y estrenó los videojuegos.
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Decir así, sin matizaciones, que 1969 es el mejor año del siglo XX para haber nacido en España puede parecer arriesgado. Pero si atendemos a las oportunidades, a lo fácil que la vida se lo ha puesto a los que llegaron al mundo entonces, puede hacerse esa afirmación, hablando, por supuesto, de una manera genérica.
Pero, ¿por qué el 69? Lo cierto es que si analizamos una serie de datos económicos, culturales, sociales y políticos, los que nacieron dentro de esos doce meses han tenido más oportunidades que quienes lo hicieron antes y después. Bueno, si usted pertenece a la Generación X (la que está comprendida entre 1967 y 1977) y nació en el 68 o en el 70, también puede incluirse, más o menos, en este grupo de agraciados pero, si somos estrictos, 1969 es, además del año erótico, como cantaban Serge Gainsbourg y Jane Birkin, la cifra clave.
Hay una serie de circunstancias objetivas que lo corroboran. Por una parte, los nacidos en ese año son la primera generación que vive plenamente en democracia, como dice Antonio Basagoiti, presidente del PP en el País Vasco, y uno de los agraciados. "Las generaciones anteriores no pudieron disfrutar de las libertades plenas que, por suerte, nosotros sí tenemos. No vivieron las libertades democráticas y, por fortuna, nosotros no hemos sufrido las dificultades de pasar de una dictadura a una democracia. Los del 69 hemos disfrutado las libertades que no tuvieron nuestros padres".

MÁS PASIVOS. El periodista, escritor y profesor de Ciencias de la Información Justino Sinova, cronista político de la España de la Transición, corrobora esta afirmación de Basagoiti, aunque va más allá: "Esa generación tuvo la suerte de que sus años de juventud coincidieron con una etapa de libertad recién estrenada, de ilusión y de esperanza, un momento muy especial de España. Pero, por otra parte, al encontrarse el camino hecho dentro del aspecto político sí es cierto que eso derivó en una inhibición política general que ha seguido en otras generaciones. Tuvieron la suerte de no tener que luchar contra una dictadura, pero eso les ha hecho ver la política de otra manera, en general, más pasiva".

Basagoiti, desde luego, es una excepción. "Mi interés por la política comienza en las primeras elecciones democráticas, ante la novedad que suponen para mí los carteles y la propaganda electoral de la época. Me llamó tanto la atención todo aquello que coleccioné carteles de todos los partidos que se presentaron en aquellas elecciones".
También hay que hablar de la economía. La general y la particular. Porque, aunque es sabido que el dinero no da la felicidad, contribuye a ella. La incorporación al mundo laboral de los que estudiaron una carrera se dio en un momento crítico, el de mayor tasa de paro, que llegó a un pico histórico en el 94, con un 24%, que empezó a disminuir a partir del 97 (20,61%) hasta el 2001 (que llegó al 10,55%). Este dato, en principio, puede parecer negativo pero, a largo plazo, se constata que no. A partir del 95 aproximadamente, cuando los del 69 empezaron a tener edad para independizarse, vivir en pareja, formar una familia..., la situación laboral era más favorable. Y esa crisis, del 92 al 94, les sirvió para, en algunos casos, completar su formación postuniversitaria y, en otros, aprender 'a buscarse la vida'.

Para Nuria Sáez, consultora y coach, directora de Logos Increscendo, consultora especializada en proyectos de cambio y transformación organizacional: "En los años posteriores a la crisis del 92, entre 1995 y 1998, surgieron nuevas oportunidades laborales para los de nuestra generación que muchos supieron aprovechar y que coinciden con la recuperación económica del país. Previamente a este periodo vivimos algunos años difíciles: los titulados sin empleo accedimos a nuestros primeros trabajos con una cualificación más alta de la que requería el puesto laboral. Trabajamos en lo que podíamos, algunos como becarios, otros aprovecharon para completar su formación y aprendieron a compaginarlo con trabajos que ni se parecían a los que soñaban cuando empezaron la carrera. Y gracias a toda esta formación, a la experiencia adquirida en sus primeros empleos, a la capacidad de adaptación y a las ganas de seguir creciendo cuando llegaron tiempos mejores se posicionaron como una generación muy preparada".
Hay que recordar que los nacidos en ese año y posteriormente son los que se beneficiaron de una educación más amplia. Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un 60% de los nacidos entre 1969 y 1974 completaron los estudios de enseñanza secundaria, frente al 48% de los nacidos entre 1959 y 1968 y un 19% de quienes lo hicieron entre el 39 y el 48.
LA CLAVE. En algunos campos, como el del periodismo, y pese a la crisis internacional, sí fue buen momento. El 92 fue el año clave en España por la celebración de la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona y todo lo que esto conllevó a la hora de crear infraestructuras y oportunidades laborales para algunos, como fue el caso de Susanna Griso, que empezó a trabajar entonces en Cataluña Radio. "Con los Juegos Olímpicos se reforzó la redacción y a una compañera y a mí nos tocó seguir a Samaranch y a Josep Miquel Abad [consejero delegado del Comite Organizador de los Juegos]. Íbamos en nuestra vespino y les esperábamos en el hotel a ver si nos hacían alguna declaración. Al principio debían pensar que éramos dos locas pero, después, les debimos hacer gracia y a veces se paraban para decirnos algo y que tuviéramos alguna noticia. Para mí fue una escuela magnífica", recuerda la presentadora de 'Espejo público'.

Y no podemos olvidarnos del presente. Los que actualmente rondan los 40 años están, en su mayoría, en una situación laboral privilegiada para enfrentarse a la crisis. Según Sáez: "Si atendemos a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) por grupos de edad, en el 2009, el incremento interanual del paro es generalizado, aunque mayor entre los más jóvenes –que continúan mostrando la tasa de desempleo más elevada– y en las personas de más de 55 años aunque, por primera vez en los últimos años, ha aumentado en todas las edades. Según esta estadística, por tipología de contratos los que más están sufriendo son los temporales y menos los indefinidos. Y por niveles de estudio, la crisis se está cebando en los más bajos. Analizando estos datos y otros que presentan muchas organizaciones que están en procesos de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) actualmente, podríamos decir que las personas de la generación del 69 y con niveles de estudios superiores están resistiendo mejor el envite de la crisis".
FACTORES GENERACIONALES. Lorenzo Navarrete, presidente del Colegio de Sociólogos de Madrid, coincide al afirmar que los que nacieron a finales de los 60 tuvieron mayores facilidades y no sólo por las circunstancias específicas de nuestro país (las nuevas libertades, la explosión cultural...) sino por una serie de factores generacionales que afecta a todos los países del primer mundo. "Vivieron la parte más positiva de la sociedad postindustrial, que tiene que ver, por una parte, con el asentamiento de una serie de innovaciones tecnológicas y científicas que han ayudado a hacer la vida más fácil y a ver el mundo de una manera distinta. También por un cambio más profundo, de índole espiritual y filosófico, que ha afectado especialmente a los países católicos del área mediterránea. La religión deja de guiar la vida de la gente, gracias en parte a la modernización de conceptos que introduce Juan XXIII. Esto hace que la sociedad tenga una nueva forma de ver el mundo, influida también por las filosofías orientales que, en 1969, están en boga por el movimiento 'hippie' y abren nuevas corrientes de pensamiento".
Producto de ese 'laicismo' general y del que se produce en España tras de la dictadura hay varios efectos directos para los del 69. Por ejemplo, la primera ley del aborto se aprobó en 1985, cuando ellos tenían 16 años, es decir, cuando podían empezar a necesitar hacer uso de ella. La del divorcio se había aprobado en el 81, cuando sólo tenían 12 años, pero supone una doble ventaja: es la primera generación que no tiene que vivir las consecuencias de un matrimonio que permanece unido a la fuerza y, por otra, cuando llegan a la edad de contraer matrimonio ya lo hacen con otra mentalidad: saben que puede disolverse. En cuanto al resto de cambios sociales, no hay que olvidar que son los primeros que pueden optar por no hacer la mili, pues, en 1984, se regula la Objeción de Conciencia.
Susanna Griso, la pequeña en su familia, reconoce que todo esto lo ha vivido muy de cerca y que, gracias a sus seis hermanos mayores, ha podido valorar mejor la diferencia y los logros que suponían ciertas libertades. "Las mujeres de esta generación hemos sido las primeras en saborear los logros de nuestras madres y nuestras hermanas mayores. Quizá por eso en algunos casos no hemos sido tan beligerantes como ellas, pero sabemos que hace poco había libertades que se nos negaban".
Esa idea de ser una 'generación puente' está presente en muchos de los personajes de 40 años que aparecen en este reportaje. Elena Arzak, por ejemplo, reconoce que tiene mucho que agradecer a la generación de cocineros anterior a la suya. "Los de mi edad les debemos mucho a los creadores de la Nueva Cocina Vasca, gente como Arguiñano, mi padre [Arzak] o Pedro Subijana. Igual que pasó en Francia con la 'Nouvelle Cousine', ellos nos allanaron el camino para investigar y situarnos en un plano internacional".

Para Jesús Palacios, experto en la cultura de los años 80, "los que nacieron en el 69 han bebido de las fuentes de la cultura anterior, de esa que valoraba la obra de arte, que pensaba que la cultura tenía que ser progresista, como una forma de evolución, que debía aportar algo. Al mismo tiempo han sabido interpretar ese concepto más pop de que no hay diferencia entre la alta y la baja cultura, que la frivolidad puede ser una forma de arte, pero sin caer en el pensamiento actual del todo vale y de que da igual lo que se haga porque la cultura no tiene por qué aportar algo relevante. Es la generación de la postmodernidad".
EN EL MEDIO. Jorge Sanz afirma que entre los actores también se da ese concepto de 'generación puente': "Nosotros somos los que estamos en medio, entre la tradición del que viene del teatro y que se toma la profesión casi como un sacerdocio y la de quienes han crecido prácticamente haciendo sólo televisión. Ambas visiones tienen su parte positiva y creo que cogemos lo mejor de ambas".
Según Susanna Griso, "nos beneficiamos de que la generación anterior experimentara con una serie de asuntos que hizo que nosotros no cayéramos en esos errores. Nuestros hermanos mayores lucharon por una utopía que luego les dejó bastante descolocados dentro de la sociedad, en algunos casos, y nosotros teníamos las cosas más claras. Podríamos decir que mientras ellos, durante el movimiento 'hippie', viajaban a Oriente nosotros viajábamos para hacer un master. Teníamos los pies más en la tierra, sin olvidar sus logros, por supuesto, que también nos vinieron bien". Justino Sinova, en cualquier caso, advierte que en España el movimiento 'hippie' fue muy minoritario. "Igual que el Mayo del 68. Hubo una cierta influencia pero, si somos sinceros, en España no se vivió como en otros países, era más llamativo que real".
Esta posición intermedia entre los dos extremos tiene, según Nuria Sáez, una consecuencia favorable: "Los de esta generación han sabido poner más el foco en los valores familiares. Vieron cómo sus padres, los de la generación de la posguerra, se casaban con su trabajo y ellos han requerido y buscado más equilibrio entre su vida laboral y la personal. Padres tardíos, tuvieron que esperar a encontrar un trabajo y una vivienda decente".
En este apecto, el de la vivienda, se plantaron con 30 años en 1999, cuando el 'boom' inmobiliario aún no había estallado: las casas tenían precios razonables y las hipotecas se daban con facilidad (el 100% de la financiación e incluso tasaciones por encima del precio, que les permitían amueblar la casa). Además, los tipos de interés eran relativamente bajos (alrededor de un 4% en el 99). A partir de 1999 el precio de la vivienda empezó a aumentar desmesuradamente. Según el INE, el incremento del precio medio de la vivienda de 1999 a 2003 fue de un 80, 27%. Jorge Sanz reconoce que a él este asunto no le afectó demasiado: "Empecé a trabajar muy joven y enseguida tuve dinero para comprarme una casa, pero sí es cierto que los que tienen más o menos mi edad, aunque con mucho esfuerzo, han comprado una. En cambio, los más jóvenes veo que lo tienen mucho más difícil".
Otro de los factores que ha contribuido a la felicidad de la 'promoción del 69', según apunta el sociólogo Lorenzo Navarrete y que la consultora Nuria Sáez desarrolla, es la revolución de Internet. La del 69 no es la generación que ha nacido con el ratón en la mano, pero ha vivido el 'boom' informático a una edad en la que no le ha resultado difícil manejarse con soltura. No hay que olvidar que, en 1996, sólo un 0,7% de los hogares tenía ordenador. "Somos flexibles por necesidad, inmersos desde pequeños en un mundo de cambios. Somos de las últimas generaciones que han jugado en la calle a las chapas, a la goma, a la comba y, a la vez, somos de los primeros que hemos jugado a videojuegos. De niños pasamos de ver los dibujos en blanco y negro a los dibujos en color".

LOS HECHOS QUE MARCARON AQUEL AÑO


En las universidades de Stanford y UCLA se ponía la primera piedra de lo que hoy es Internet. The Beatles se separaban, John Lennon grababa su primer 'single' en solitario ('Give Peace a Chance') y miles de jóvenes norteamericanos se congregaban en el festival de Woodstock. Mientras, España era sacudida por uno de los seísmos más importantes de su historia con una magnitud 7,3 en la escala de Richter. Éstos y los que siguen fueron algunos de los acontecimientos que marcaron 1969.
1.Triunfo en eurovisión. Madrid, 29 de marzo. La cantante Massiel (con abrigo) entregaba a Salomé el premio de vencedora del Festival de Eurovisión con Vivo cantando. Las representantes de Francia, Holanda e Inglaterra también lograron el triunfo, al producirse un cuádruple empate en el primer puesto.
2. El Concorde vuela. Fairford (Reino Unido), 10 de abril. Un mes después de que el prototipo francés del avión supersónico Concorde hiciera su vuelo inaugural por el cielo de Toulouse, el prototipo británico aterrizaba en la base de Fairford ante la mirada de cientos de expectadores.
3. Adiós Gibraltar. La Línea de la Concepción (Cádiz), 8 de junio. Periodistas británicos y residentes gibraltareños observan cómo los oficiales españoles de aduanas cierran la verja de entrada hacia España desde la colonia británica, cumpliendo una orden del Consejo de Ministros.
4. Juramento Real. Madrid, 23 de julio. Acto de aceptación del Príncipe Juan Carlos a la sucesión de la Jefatura del Estado. La firma tenía lugar en el Palacio de la Zarzuela en presencia de numerosas personalidades, entre ellas, el ministro de Justicia, Antonio María de Oriol (derecha).

5. En la luna. 20 de julio. Tras el alunizaje del módulo Eagle, de la misión Apolo 11, Neil Armstrong y Edwin Aldrin serían los primeros hombres en pisar la superficie selenita. La frase pronunciada por Armstrong, "un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad", forma parte de la Historia.
6. No a la guerra. Washington (Estados Unidos), 3 de noviembre. Un grupo de jóvenes escucha un discurso del presidente estadounidense Richard Nixon en la sede del comité de movilización para finalizar la guerra del Vietnam, creado tras las manifestaciones estudiantiles antibelicistas.

¿Y EL PEOR?
Si nos atenemos a parámetros como las libertades, la estabilidad política, la oferta cultural, la facilidad de acceso a estudios y vivienda y el resto de baremos analizados para establecer cuál es el mejor año para haber nacido en España, el peor podría ser 1954, si atendemos a la población activa, o alrededor de 1920 si pensamos en la población que puede estar aún viva. En este segundo caso, es evidente: vivieron con uso de razón (y en el caso de los hombres, como parte activa) la Guerra Civil, la postguerra y la dictadura. Las revoluciones sociales, como Mayo del 68, les pillaron con el pie cambiado y no digamos avances como Internet. Pero si nos fijamos en la población activa, quienes rondan los 55 años serían los más desfavorecidos. Vivieron toda la dictadura y el paso a la democracia les tocó durante su incorporación laboral, con lo que conllevaba aquella época económicamente. El acceso a la Universidad era casi un privilegio y, para colmo, son los más afectados por la crisis; según datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) del primer trimestre de 2009, un 80,25% de los mayores de 55 perdieron su empleo, mientras que, por ejemplo, en la franja de 20 a 24 lo han perdido un 19%.

domingo, 3 de enero de 2010

No dejes que verte líder te impida verte persona: mira a tu interior

Comienza el año y con él los nuevos propósitos. Nos gusta fantasear e imaginar lo que el año nuevo nos deparará, y además en un año tan redondo como este 2010 en el que hasta el número es armónico, nos damos permiso para soñar.
Nosotros los cambiólogos, término que poco a poco voy a tratar de desvelaros, también queremos desear para este año que los directivos y las personas que estén en posiciones de influencia, no se olviden que están ahí sobre todo porque están al servicio, y recordaros que ser líder implica una serie de compromisos y supone un camino constante a la excelencia. Porque solo podemos entender la excelencia empresarial desde la excelencia de todas las personas que forman parte de la organización, pero insisto siempre teniendo como punto de partida la propia excelencia personal del líder, que sirva como fuente de inspiración al resto.
Y tal y como muchos sueños se desvanecen a lo largo de este año y otros se convierten en realidad, nos gustaría pensar que nuestros sueños sobre los nuevos líderes se fraguan y se consolidan tiñendo de humanidad las hojas de los árboles hoy secos, que forman parte del antiguo paradigma. Y para ellos necesitamos de líderes que estén alineados con un nuevo paradigma, en el que valores antiguos como el individualismo ya no sirven y en el que ahora más que nunca deben primar valores como la humanidad, la autenticidad o la generosidad. Y es aquí donde se abren paso los líderes nacientes como semillas abonadas en este nuevo paradigma, pero para que estas simientes florezcan y se transformen en fuertes arbustos lo primero que tienen que aprender es a crecer hacia dentro: hacia su persona. Ahora más que nunca en este nuevo modelo los líderes del futuro no pueden huir de ellos mismos, no pueden vivir mirando hacia fuera y compararse con otros árboles aparentemente mejores líderes o más bellos. Solo pueden verse líderes cuando ponen el foco en su persona: cuando vuelven sus ojos hacia dentro, cuando comienzan a cuidar de su raíz, y a trabajar su base. Este es el único camino para convertirse en futuros robles que sirvan como guía al resto.
Aquí es dónde comienza nuestro trabajo como cambiologos, trabajamos codo con codo con los líderes del futuro para que tornen su mirada hacia dentro, y para que sirvan como ejemplo al resto de la organización, siendo ellos los pioneros del cambio. No nos gustaría pensar que los nuevos líderes se forjan solo hacia fuera, tratando de parecer grandes y con hermosas hojas, pero que ante la primera tormenta se derrumban. Necesitamos forjar buenos árboles desde la parte más profunda, desde su centro, y esto solo se puede hacer trabajando desde la persona, ayudándole a tomar conciencia de sus grandes tesoros y también de sus limitaciones. Porque solo a través de la toma de conciencia podemos librarnos de nuestras antiguas creencias o programaciones. Cuando somos conscientes de nuestra propia incompetencia podemos empezar a hacer nuevas cosas para liberarlas o cambiarlas. Si un líder no es consciente de su propia incompetencia seguirá repitiendo el mismo patrón de comportamiento una y otra vez y acabará generando imitadores de su propia incompetencia. Dando lugar a arbolitos que como él quieran aparentar grandeza y hermosura pero solo en su exterior.
Nosotros los cambiologos invitamos a los líderes y los directivos a salir de su propia zona de comodidad, a no hacer lo de siempre, a cuestionarse, a cambiar desde dentro, a enfrentarse a sus miedos, porque solamente cuando las personas cruzan la frontera del estado de confort es cuando crecen y aprenden. En las organizaciones del futuro, las del nuevo paradigma, los líderes deben liberarse de todos los límites que les impide crecer, porque únicamente a través de su propio aprendizaje y crecimiento serán capaces de brotar y brillar en este nuevo paradigma.
En nuestro trabajo como cambiologos nos topamos con la parte más profunda del ser, preocupándonos por su cimiento: ayudándoles a limpiar sus creencias limitantes, o a echar el abono necesario para fortalecer sus creencias potenciadoras . Les preparamos desde su esencia, desde su semilla y siempre creyendo en la grandeza del ser humano. Somos los consultores del nuevo paradigma, vamos un paso más allá del coaching, de la consultoría o de la formación porque aunque nuestra procedencia es de allí, fruto de nuestra propia evolución estamos convencidos de este nuevo paradigma necesita de nuevos modelos de consultoría , y que lejos de dar solo soluciones como hacen los consultores , o de llevar a cabo solo acciones puntuales de formación o de coaching, avanzamos un paso más allá y ayudamos a las personas a forjar su raíz, poniendo el foco de atención en la persona e invitándoles a crecer y a cambiar. Cambiologos de vocación, que por aquello de la coherencia hemos trabajado primero en forjar nuestra raíz y por ello estamos preparados para acompañar a los nuevos líderes y directivos en sus procesos de cambio alineándolos con el nuevo paradigma.

Nuria Sáez (Cambiologa)
Socia y Directora de la Escuela de líderes InCrescendo