“Es una buena noticia que los ‘expertos del mercado’ duden de tu proyecto.
Si te dicen «estás loco», continúa.”
- No cabe duda de que
una de las señas de identidad de Imaginarium es esa pequeña puerta para niños
que está siempre al lado de la de adultos. ¿Es quizás una forma de decirle al
niño: “Aquí el protagonista eres tú”? Deberíamos
remontarnos a como estaba estructurada la competencia en el año 1990. Desde el
punto de vista de la demanda, las personas que se decidían por precio ante
todo, eran clientes de los hipermercados, los que querían elegir y tener
surtido suficiente compraban en ToyRUS, luego estaban los de El Corte Inglés,
con su tarjeta, el servicio, etc. (si lo devolvías el dinero te lo adjudicaban
a tu lista de bodas si querías) y luego
estaba la juguetería tradicional, la de toda la vida. Es ese escenario , tan
centrado en el negocio, se olvidaron de los niños, el gran protagonista de los
juguetes. Y tampoco se estaba dando respuesta clara a unos padres que además de
querer regalar juguetes a los niños, también querían que se formaran. Para dar
respuesta a esas necesidades es como nace Imaginarium.
- Aunque destaquemos
la puerta pequeña, la entrada de la compañía en el sector juguetero fue por la
puerta grande (al de dos años ya estaba franquiciando). ¿Cómo prosperó de esa
forma en un sector dominado por grandes almacenes y multinacionales? La verdad es que fue complicado, pues en esos
años había una gran estacionalidad de la demanda, en un mes y medio se vendía
casi el 90% de todo el volumen de juguetes del año. En esos años yo recuerdo que las empresas de
juguetes pagaban a los hipermercado para estar en las principales cabeceras de
las tiendas y salir en los catálogos. Con eso se garantizaban el nº suficiente
de unidades vendidas para poder hacer las campañas potentes en TV. Si era como
una especie de bucle, yo tengo un gran juguete y quiero vender 150.000
unidades, hago campaña de TV y pago a los hiper para que me pongan en primera
línea y así garantizar las ventas. Aun así era una apuesta arriesgada, pues si
no se vendían todas las unidades, los hiper te las devolvían, si no lo admitías
podías dejar de vender al siguiente año… Romper con ese bucle implicaba salir del
surtido habitual de juguetes, y esa fue una de la claves, Felix Tena es un
genio identificando el surtido. Además otro factor clave fue ir a comprar a los
países de origen y hacer marca propia, cuestión complicada si solo tienes una o
dos tiendas, por eso la dimensión , el volumen de negocio era otro de los
factores clave.
- ¿Cuál fue tu papel
en este éxito inicial? Recuerdo que en ese momento fuimos 8 socios, todos
compañeros de la empresa donde trabajábamos, Publijuego. El papel fundamental
fue de Felix Tena, el resto aportábamos ideas y enfoques sobre logística,
ubicaciones, surtido.
- ¿Qué elementos
innovadores definían al proyecto? ¿La clave fue la pasión o quizás esta
orientación a los niños (cliente final) más que a los padres (compradores)?lo que está claro
es que sin una gran pasión por dejar una huella en el mundo, Imaginarium
no existiría hoy. Pero la pasión no es suficiente, debemos de tener una
pasión enfocada. Como cada sueño que nos marcamos, debe de existir un
equilibrio entre visión y realidad. Y la realidad la podemos crear por
supuesto, poniendo el foco en como vamos
a ser diferentes. Era importante reinventarse y dar con un proyecto diferente.
Como siempre, es una buena noticia que los “expertos del mercado” duden de tu
proyecto. Si te dicen “estás loco”, continúa.
- ¿Es necesario
desarrollar la imaginación para emprender con éxito? Desde mi experiencia la imaginación es
importante, pero hay que “ponerle patas”. Nosotros ahora trabajamos con equipos
de innovación y por supuesto la imaginación es imprescindible, pero no es
suficiente, hace falta dar un espacio a su puesta en marcha y otro a la crítica
constructiva. En nuestras dinámicas, damos un espacio diferenciado a estos tres elementos, la imaginación, el
hacerlo real y la crítica constructiva sobre el proyecto, no sobre la idea.
Normalmente esos tres papeles se entremezclan en el mismo espacio impidiendo el
desarrollo del proyecto
- ¿Cómo han sido, en
general, tus experiencias trabajando con socios? ¿Y, concretamente, en
Imaginarium? ¿A día de hoy valoras más de emprender en equipo o emprender en solitario? Es interesante
esta cuestión. A lo largo de la vida he participado en más de 20 sociedades
diferentes, con diferentes tipos de socios (inversores, trabajadores,
proveedores, clientes..), con diferentes números de socios (8, 3, 2, 1..)
incluso con diferentes entornos de socios (amigos, compañeros de trabajo…)
incluso ahora tengo una sociedad con mi mujer.
Mi experiencia me dice que equipo
tiene su sentido cuando las personas que te acompañan aportan capacidades clave
para el negocio que estas creando, pero no es lo único, ya que la capacidad por
sí sola no es importante si no está en relación con el resto de capacidades, y
para relacionarnos bien es necesario compartir una visión de proyecto y unos
valores. La visión nos da la dirección del proyecto y los valores nos dan el
marco de comportamientos y decisiones. Y las dos partes son necesarias para
emprender en equipo.
- Tuviste que
abandonar Imaginarium por culpa del fracaso de otra empresa que habías montado
en Hong Kong. ¿En qué año sucedió esto? ¿Qué pudo fallar en esta empresa que no
lo hizo en Imaginarium? ¿Llegaste a comparar ambos proyectos, desde un punto de
vista empresarial? Esto sucedió en el año 92-93.
Imaginarium estaba bien como socio, pero no podíamos vivir 8 persona de una o
dos tiendas, los dos primeros años sirvieron para ajustar el concepto. Es
necesario pasar la teoría del papel a la práctica, y además para poder
expansionar por medios propios o franquicias un negocio se necesita que esté
probado. Por eso yo busque mi subsistencia por otro lado y abrí un negocio de
trading en Asia. Fue la subida del dólar en la crisis de principio de los 90 y
mi forma de gestionarla en ese
momento, la que me llevó a tener que
cerrar ese negocio, que además arrastró todo lo demás, arruinándome económicamente,
pero no personalmente. He podido vivir y observar que uno de los grandes
problemas de las ruinas es que la ruina económica la asociamos a la ruina
personal, y no tienen nada que ver afortunadamente. Podemos volver a salir.
- A día de hoy, tendrás otra perspectiva del asunto: ¿Te
arrepientes de esa aventura en Hong Kong? Echando la vista atrás, ¿cambiarías
algo de lo que hiciste entonces?
Por supuesto,
gracias a ese momento de ruina yo aprendí que el dinero no es el fin de la
vida, aprendí mucho de mi y de mi potencial para salir adelante desde menos
cien. He aprendido que en la vida no es
determinante lo que ocurre, sino como lo vives, y eso depende de mi. He
aprendido que lo importante es aprender a manejar la vida, y eso es a lo que
nos dedicamos ahora en la Escuela InCrescendo, acompañamos a otras personas en
su faceta de líderes, emprendedores, para aprender a manejar su vida. Vamos a
vivir un montón de cosas en la vida, la cuestión es cuanto desgaste nos genera.
- Antes de comenzar
en Imaginarium, ya habías iniciado algún proyecto. En el 88, para más señas.
¿Podrías contarnos en qué consistía? ¿Qué aprendiste de él? Si, en el año 88 estaba en cuarto de carrera y junto
con otros cuatro compañeros, creamos una Junior Empresa en la facultad de empresariales.
Fue mi primera experiencia sobre como poner en marcha los aspectos teóricos que
había estudiado en la carrera, y empezar a darme cuenta que otras cosas
importantes no las había estudiado, por ejemplo , la importancia de aprender a
relacionarse.
- ¿Ha existido siempre un gran proyecto,
una gran historia, detrás de cada una de tus aventuras empresariales? Yo soy de los convencidos que
las grandes empresas cuentan grandes historias. Y mis proyectos, lo que siempre
ha existido es una gran ilusión, lo que diferencia mis proyectos actuales de los anteriores, es
que ahora tienen una visión en la que
también identifico mi pequeña aportación al mundo en el que deseo vivir.
- Nos dicen que en Estados Unidos la media
de fracasos de un emprendedor antes de lograr el éxito es de 3,75. ¿Te
encuentras en esa media? Es una cifra que en nuestro país asustaría a más de uno… ¿Es problema de nuestra educación, nuestra
cultura, o quizás sería necesario que se pusieran más facilidades a la hora de
emprender? Yo creo que la iniciativa
emprendedora se debe de experimentar (y no digo conocer) en la
escuela par a desarrollar aspectos que son importante en los
emprendedores, como la autonomía, la
confianza en uno mismo y la toma de decisiones en entornos complejos. Además
creo que el autoempleo y el empresario no están bien vistos en este país
lamentablemente. Por supuesto que existe un riesgo cuando creas tu
empresa, creo que todo emprendedor
debería de ser consciente que una empresa no se crea, se va creando día a día,
y eso implica un esfuerzo de consciencia y de atención extra, y nunca dejas de
crear tu empresa, o reinventarse como les gusta decir a algunos.
- Siguiendo en esta línea, hay mucha gente
que se queja de las trabas (principalmente financieras y burocráticas) para
poner en marcha un negocio… ¿Realmente consideras que las hay, o es un “buscar
excusas” de forma insistente para justificar la inactividad? A mi me parece que es una cuestión de incentivos. Está claro que cuando
alguien quiere algo, va a por ello y salta todas las trabas necesarias. Aun
así, está claro que hay condiciones que favorecen ese punto. Mucha gente pone
la atención en las trabas burocráticas,
pero realmente creo que hay otro tipo de trabas más profundas. Una es la
financiera, es difícil acceder a financiación externa si no hipotecas tu casa.
Otra es la fiscal. En este país para crear tu puesto de trabajo tienes que
pagar. Empiezas pagando autónomos, te vaya bien o mal, pagas impuestos por alta
de actividad, te vaya bien o mal, pagas impuestos por crear una sociedad, te
vaya bien o mal… Además creo que no hay incentivos reales desde la fiscalidad
para generar empresas sólidas desde el inicio. Por ejemplo, una empresa que acaba de nacer y
tiene beneficios, debería poder reinvertir todo el beneficio en su actividad,
es el momento, es como un niño, nuestra empresa necesita toda la atención. Por
eso creo que debería de dar la exención del impuesto sobre sociedades en los
primeros tres o cuatro años.
- En 2008 nace la
‘Escuela InCrescendo’, orientada a Coaching
, Liderazgo y Comunicación … ¿Qué te lleva a fundarla? ¿Cómo describes “In
Crescendo”? ¿Qué espera un cliente cuando acude a InCrescendo? ¿Qué obtiene? La Escuela InCrescendo surge
de mi evolución personal y profesional. Vivir vamos a tener que vivir todo en
esta vida. No nos podemos escapar de nosotros mismos ni de la vida. Nuestro
propósito es acompañar a las personas que quieran aprender a manejar su vida…
sin tanto desgaste. Aprender a manejar
la vida sin desgaste tiene un enorme poder en nuestra forma de relacionarnos,
en nuestra forma de liderar e influir sobre las cosas. La Escuela trata de
aportar responsabilidad y libertad en las personas. Dejar atrás los
miedos. Desde el año 1993 he estado
relacionado con el mundo de la consultoría de expansión de empresas y luego de
excelencia en la gestión (EFQM). El siguiente paso es la Excelencia Personal.
En InCrescendo ensañamos como las personas pueden unir la excelencia
empresarial (buenos resultados en clientes, personas, etc..) y la excelencia personal (manejar las situaciones
de la vida). Nosotros nos preguntamos, ¿como rendimos mas, cuando estamos bien
o cuando estamos estresados? Evidentemente, cuanto mejor estamos, mejores
resultados tenemos.
- Hacéis hincapié en el concepto
“Programación Neurolingüística” (PNL). ¿Podrías explicarlo? ¿Qué aporta esta
disciplina a las personas? ¿Qué te ha aportado a ti especializarte en PNL? Para mi la PNL fue un
descubrimiento. En mi etapa anterior a InCrescendo yo trabajaba en una
consultora especialista en EFQM y que pertenece a un grupo multinacional de
formación. Durante un tiempo, estuve de responsable del área de estrategia e
innovación. Como buen “metodólogo”,
nuestro objetivo era generar modelos, métodos para poder implantar esos
modelos conceptuales en las empresas. Y curiosamente, el mismo método tenía
desiguales resultados, no siendo suficientes para el éxito del cambio. Todo
proyecto de consultoría genera cambios y no el método no es suficiente. La
formación tampoco es suficiente para generar cambios. Hacer un curso de “gestión
del tiempo” no garantiza que alguien mejore en este aspecto. Luego algo
faltaba, algo del ser humano no estábamos comprendiendo. Y fue la PNL la que me
dio la clave. Y ojo, no todos los cursos de PNL son iguales. He tenido la
suerte de formarme con los mejores. La PNL que he vivido con John Grindler,
Richar Bandler, Allan Santos, R Dilts me
dice que simplemente, es una manera de observar la experiencia humana. Un ser
humano desde el principio de su vida va grabando todas las coas que han ido
viendo, escuchando o sentido y eso va formando un banco de datos que son los
programas. El sistema de organizar todo
eso es la neurología y esa organización se expresa a través de los
comportamientos, del lenguaje. De ahí viene la idea de Programación Neurolingüística,
solo es una descripción de cómo el ser humano funciona. Básicamente, si pensamos en
una manera general, se cree la programación neurolingüística como un conjunto
de técnicas que se va a aplicar a alguien que tiene un problema. Eso creo que
es una distorsión que se ha creado desde los principios de la PNL. Pero en su
esencia la PNL tiene como objetivo el estudio de la experiencia humana,
cualquier que sea ella. Porque yo puedo estudiar a alguien que es un excelente
vendedor, cómo funciona, cómo piensa esa persona, como puedo estudiar a esa
persona y aprender de ella en lugar de tener envidia de ella, a partir de la
admiración, la curiosidad, del respeto. Aprender de ella, como le funciona para
sacar provecho en ese hacer y aprender con ella. Entonces, la diferencia que
veo es que la mayoría de las formaciones te enseñan un conjunto de técnicas,
muy a menudo con determinados objetivos. Yo veo la PNL no como técnica sino simplemente
como un conjunto de experiencias donde yo voy a aprender a usar mi neurología
de una manera que es más adecuada para mí. Si bien es clave en nuestra forma de
entender el ser humano, no solo
“bebemos” de la PNL, hemos ido a numerosas fuentes, y siempre que podemos,
vamos al origen. Este año hemos estado estudiando en el origen, en Palo
Alto, California.
- En el caso de ‘In Crescendo’, ¿tu
formación dio lugar al proyecto, o el proyecto dio lugar a tu formación? Como te decía anteriormente, un proyecto está vivo. En mi caso, La Escuela
InCrescendo es fruto de nuestra evolución profesional y personal y de nuestra
inquietud. La Escuela crece en la medida que nosotros crecemos. Mi socia, y
mujer, y yo invertimos cada uno alrededor de 300 horas anuales en conocer y
experimentar nuevos enfoques. Sabemos que la clave de la Escuela está ahí. La verdad es que estamos haciendo un esfuerzo
importante, casi un 20% de nuestro tiempo lo estamos dedicando a investigar.
- En la nueva realidad socioeconómica que
vivimos cada vez son más los/as jóvenes que buscan trabajo en otros países.
¿Qué consejo les darías para que generen valor aquí y no en el extranjero? Ya sabes que como Coach no
damos consejos je, je.. Aún así, creo que es importante que los jóvenes salgan
fuera de España, aprendan idiomas, conozcan otras culturas, identifiquen otras
formas de hacer. En este país hay muchas cosas por hacer. Para mi está en
crisis lo antiguo, lo nuevo no está en crisis, hay emprendedores que aportan
nuevas formas de hacer y están generando valor en los clientes. Creo que este
es un buen país para emprender en ese sentido.
- Se habla cada día más de la necesidad de
crear empresas y de la valía de los/as emprendedores/as. Incluso se comenta que
puede haber cierta burbuja en torno al concepto “emprendedor”. ¿Es emprender
una actividad apta para todos los públicos? ¿Cómo puede saber uno si está
capacitado para abrir un negocio? Esto a mi me recuerda a momentos en los que trabajamos con equipos
creativos y una persona nos dice.. “ no soy creativo”. Potencialmente cualquier
persona puede ser emprendedor, de hecho hay mucha gente autónoma varios
millones de personas, que se dedican a múltiples temas. Hay personas que
emprenden por necesidad y otros por pasión. Conozco casos hoy en los que una
familia que eran transportistas, como ahora ese negocio está complicado, el
padre y los hijos se han montado un restaurante en un polígono. Otros en cambio
dejan sus trabajos “fijos” para ofrecer algo al mundo diferente, desde su
pasión. Me gustaría que la gente reflexionara sobre el concepto de trabajo
“fijo”. Para mi y creo que para muchos, el trabajo “fijo” ya no es real,
cualquier empresa puede desaparecer en unos años, da igual el tamaño o la
actividad. Entonces el emprender ya no es una posible idea, para mi es una gran
opción para trabajar. Para que alguien sepa de manera sencilla si está
capacitado para abrir el negocio debería de responder a tres bloques de
preguntas:
-
Bloque sobre el valor añadido: ¿En que se diferencia tu opción de las que existen
en el mercado? ¿Dónde está tu valor añadido para el cliente? ¿Cómo te vas a
diferenciar? ¿Cómo vas a acceder a tus clientes?
-
Bloque sobre la realización del proyecto: ¿Qué factores hacen realizable tu
proyecto? ¿Qué otros factores pueden paralizar tu proyecto? ¿Cómo vas a organizar tu empresa? ¿Cuáles son
el grado de dominio de los recursos clave?
-
Bloque humano: ¿para qué te metes en este proyecto? ¿Qué granito de arena
quieres aportar al mundo? ¿Qué es a lo que temes si sale mal tu proyecto? ¿Con
que apoyos cuentas en tu entorno personal? ¿Cómo estás de pasión y
perseverancia?
¿Está demonizado el empresario en nuestra
sociedad? ¿A qué se debe? Pues me gustaría decir que no…
Según el Libro Blanco del Emprendedor, documento promovido por la Fundación Príncipe de Girona (FPdGi)
y elaborado por los expertos de ESADE Business School, hay una parte de la
población de este país que tiene mala imagen acerca de los empresarios. De hecho, ser emprendedor solo
cuenta con un 48% de índice de popularidad, frente al 73% de Estados Unidos o
el 62% de Francia.
- Fracasar para
lograr el éxito. ¿Es éste siempre el camino a seguir? Fracasar en si mismo no es una palabra que nosotros manejemos. Nosotros nos
basamos en el concepto y ciclo del aprendizaje. Si lo piensas objetivamente, tu
pones un proyecto en marcha, y con los recursos que tienes, y la información (y
aprendizajes) que manejas tomas unas decisiones en ese momento, y entonces
tienes un resultado, que a veces no coincide con el esperado. Eso no es un
fracaso, es el mejor resultado que en ese momento has podido dar. Es el momento de analizar que ha ocurrido,
que debes de mejorar, que has hecho bien, y vuelves a incorporar esa nueva
información y aprendizajes en tu forma de funcionar, y entonces tienes otro
resultado… y así sucesivamente. Cuenta la leyenda que Edison fallo 999 veces
antes de dar con la bombilla que funcionaba, entonces el decía que conocía 999
formas de hacer que una bombilla no funcione. Muchas veces no nos damos ni una
segunda oportunidad a la hora de crear nuestra empresa. Para mi es clave que de
partida contemos con que vamos a fallar en algo, esto es importante a la hora
de invertir los recursos. No siempre tenemos un fondo de recursos por si
fallamos a la primera.
- Desde el punto de vista de tu
experiencia, tanto en proyectos exitosos como fallidos, seguro que tienes mucho
que enseñar a emprendedores que tengan aún muchos baches por superar. Si
tuvieras la oportunidad de enviar un tweet (140 caracteres) directamente a las
mentes de todos los emprendedores/as del
mundo, ¿qué les dirías? Es tu hora.
- Para terminar, ¿podrías concretarnos
algún fracaso que hayas sufrido? ¿Algún error que te haya enseñado más que
muchos otros aciertos? Si puedes conseguir, al menos, que un emprendedor evite
caer en una trampa que tú ya hayas visitado, sin duda tu respuesta habrá valido
la pena. Si por supuesto, he tenido aprendizajes en múltiples campos. Por ejemplo:
-
a nivel de seleccionar socios, selecciónalos en función de sus valores y su
aportación real, y no te engañes, tienes que abordarlo desde el expresar en
detalle. No lo abordes desde el buen humor solamente, desde ahí solo se abordan
las cuestiones generales, no ,os detalles. Nosotros trabajamos mucho con el
tema de las emociones, y un contrato hay que revisarlo bajo una pizca de mal
humor, nos ayuda a centrarnos y ser críticos.
-
a nivel de recursos, es bueno como decía antes, dejar “guardados” una serie de
recursos para los posibles ajustes, para poder abordar una segunda o tercera
oportunidad, no gastarse todo a la primera.
-
ser capaz de escuchar de verdad al cliente, y sus verdaderas expectativas. Hay
veces que los clientes dicen que les gusta lo que le planteas pero no compran,
hay algo que te has dejado de analizar. Obsérvalos para identificar el
verdadero proceso de compra del cliente.
-
se realista a la hora de organizar tu proyecto en el sentido de dedicarle
tiempo también a hacer que las cosas internamente estén coordinadas.
-
no confundir sueño y utopía. Para mi hay
una diferencia en el proceso de pensamiento que diferencia lo que es sueño de
utopía. El sueño debe de pasar por tres fases o estados de trabajo. La primera
es una fase de sueño, de imaginar sin coartar ni criticar la idea, la segunda
es una fase de realización, de preguntarse como hacer realizable el sueño. La
tercera es de crítica constructiva sobre la segunda fase, no se critica el
sueño. La utopía no da espacio para las
fases dos y tres. Nosotros esto lo trabajamos en nuestros cursos de proyectos creativos,
y funciona.
Y
para terminar, me gustaría recomendaros el libro que he escrito con mi socia y
mujer, “YA eres Líder”, que tendréis en las librerías a partir del 25 de enero.
Es un libro guía que nos ayuda a descubrir ese líder que ya lleváis dentro!!
Y
por último un deseo, que el 2013 os impulse a crear vuestro sueño!! Merece la
pena sin duda!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario