Hoy os dejamos un artículo escrito por Nuria Sáez sobre su experiencia en el Trance Camp
De vuelta a Madrid
después del trance camp, las sensaciones
son múltiples, quizá perdida o quizá a la vez
que más conectada me siento … he
vuelto a casa de verdad, he transitado por el laberinto de muchos trances para
poder volver y no me preocupa el saber dónde está ahora mi alma, y por dónde vuela mi espíritu, quizá se quedo atrapada en una ola de Casteldefells
o en una tabla de surf, aquellas que
veíamos dibujados a través de las
ventanas del aula, o quizás en este momento me acompaña mi espíritu de forma
tan silenciosa que ya no necesito abrazarlo o sentirlo porque la siento de
forma tan plena y me siento tan
conectada a la vida que no quiero, ni
soy capaz de analizar …Por eso ya no
necesito abrazar al mundo, porque por fin el mundo está dentro de mí y me acompaña..,
y me sostiene…he aprendido a acunarme!!
Y desde este
vaciar de los sentidos me atrevo a mostrarme, a escribir, para compartir algo
indescriptible , para tratar de poner música a lo acontecido, pero hasta la más
bella música podría empañar o atrapar en mi memoria algo que no es posible
clasificar, porque al describirlo lo hacemos más pequeño, le damos forma para convertirlo en algo tangible… y entonces corremos el peligro de
que deje de ser etéreo…Yo prefiero
dejarlo etéreo, liviano, como una nube que me acompañará a lo largo de mi vida,
un manto lleno de poesía que me recordará que no estoy solo, que el mundo es
así…que no es posible estar solo y que en este vaciar de los sentidos me veo
fluir como una bailarina en una pista de hielo, Ahora no sé si caeré con las
nuevas piruetas o si he aprendido a sostener lo que la pista me ofrece, quizá
la pista ya se tornó infinita y la bailarina se difuminó con la pista, creando
las más bellas piruetas hasta ahora
jamás probadas. Y ya no sé si soy pista,
hielo o bailarina lo que si se es que puedo recordar con travesura todas las
nuevas piruetas, los nuevos desafíos que he vivido en el curso estos días, entregándome a la experiencia de
ser algo más que esa bella bailarina que un día soñé ser, saliendo de esa
soledad individual para entrar en un campo de infinitas posibilidades, que me
permite danzar y danzar al ritmo de una música que también soy yo… y fusionarme…
y divagar en este vaciar de los sentidos para pasar a ser aire, viento,
movimiento, vida , dejando a un lado la
rigidez … y encontrando un espacio para bailar la danza más singular… MI PROPIA DANZA
Nuria Sáez
Lahoz
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