Los
antídotos para superar el pánico a emprender
Confiar en tu idea y tener la certeza de que tu empresa reúne todos los
requisitos para convertirse en un negocio redondo es la mejor actitud de los
nuevos empresarios para eludir sus miedos.
Mozart tocó el clavicordio unas 20.000 horas antes de cumplir los diez años
y empezar a destacar. Y numerosos estudios aseguran que se necesitan un mínimo
de 10.000 horas para dominar una materia. ¿Se puede entrenar para emprender?
Por ahora no existe un receta infalible, más allá de aprender de la
experiencia. Por eso es muy normal caer en la incertidumbre, el miedo y hasta
el pánico cuando, por una u otra razón, se decide dar el paso. Pero esto no va
con los emprendedores genuinos, es decir, aquellos que confían plenamente en su
idea. Ellos saben como dejar el miedo en segundo plano.
“Emprender es un acto de valentía, de pasión, de visión, de querer cambiar
el mundo en el que vivimos, y eso tiene que ver con las personas”, afirma Nuria
Sáez, socia directora de la Escuela InCrescendo y coach senior. Eso es lo que
pretendían Pablo Santos y David Suárez, cuando en 2005 pusieron en marcha
Códice Software. Ambos dejaron su trabajo en una multinacional, un buen sueldo
y una situación cómoda para construir esta empresa, especializada en el diseño
y desarrollo de soluciones de gestión de configuración de software. “Se
necesita una buena dosis de ilusión y otra pequeña de inconsciencia. Pero si
tienes claro lo que quieres hacer y no puedes conseguirlo donde estás, lo mejor
es pasar a la acción, no perder el tiempo pensándolo”, explica Santos.
María Gómez del Pozuelo confiesa que ser tu propio jefe es duro, “más aún
si, como en mi caso, has disfrutado durante casi veinte años de la seguridad y
las ventajas de trabajar en una gran compañía. Aquí no hay coche de empresa ni
jornada continua los viernes. No puedes cerrar la puerta y olvidarte del
trabajo hasta el día siguiente”. Hace un año puso en marcha Womenalia, una red
de mujeres profesionales que ya cuenta con 60.000 usuarias y que tiene unas
ventas cerradas por valor de 400.000 euros.
Esta empresaria asegura que la experiencia laboral contribuye a reducir el
pánico de los inicios pero, para evitar la incertidumbre, “hay que contar con
el apoyo de profesionales expertos en aquellas materias que tú no dominas y
pagarles adecuadamente por ello”.
Santos, considera que “es básico contar con un plan de negocio real y, en
todo momento, transmitir solvencia y confianza a los clientes; ellos nunca
deben ver tu inseguridad”. La fundadora de Womenalia suma otro factor: “Perder
el miedo al fracaso. Tomar cada desliz como una inyección de energía para
seguir adelante. En Estados Unidos los inversores desconfían de aquellas
empresas que nunca han cometido un error. En España tenemos pánico al fracaso
y, aunque esto está cambiando, aún sigue siendo una lacra que no se ve con
buenos ojos”.
Para Santos, hacer una presentación exquisita de la empresa es también
fundamental: “Se minimiza el miedo escénico y hay más posibilidades de reflejar
la seguridad que abandera cualquier proyecto de éxito”. Durante un año, los
fundadores de Códice Software estuvieron centrados en el desarrollo del
producto y puliendo la presentación al primer comprador. Pero reconoce que su
mayor temor era que la aplicación no funcionara, un reto que han superado:
cuentan con un centenar de clientes repartidos en el mundo.
Gómez del Pozuelo concluye que aunque la financiación y contar con la ayuda
de expertos funciona, lo más importante para perder el miedo es “confiar en la
idea y perseguir un objetivo. Eso te hace muy fuerte”.
¿Qué necesitas para tener éxito?
Tener claros tus objetivos. Esa es la respuesta definitiva que garantiza el éxito en los negocios. Para emprender no hay un perfil al uso. Manuel Armayones, profesor de estudios de Psicología de la UOC, asegura que “hay jóvenes inexpertos que son capaces de montar empresas sólidas y directivos con experiencia que serían incapaces de partir de cero”. Sin embargo, tanto uno como otro, pueden sentir miedo a la incertidumbre que supone poner en marcha una empresa, porque aquí la experiencia, aunque ayuda, no es la panacea para triunfar en los negocios.
Tener claros tus objetivos. Esa es la respuesta definitiva que garantiza el éxito en los negocios. Para emprender no hay un perfil al uso. Manuel Armayones, profesor de estudios de Psicología de la UOC, asegura que “hay jóvenes inexpertos que son capaces de montar empresas sólidas y directivos con experiencia que serían incapaces de partir de cero”. Sin embargo, tanto uno como otro, pueden sentir miedo a la incertidumbre que supone poner en marcha una empresa, porque aquí la experiencia, aunque ayuda, no es la panacea para triunfar en los negocios.
El hecho de tirar o no la toalla ante el primer imprevisto depende de
variables psicológicas como “la autoeficacia percibida, que hace referencia a
la creencias que tiene cada cual sobre su capacidad para conseguir sus
objetivos, o el denominado locus de control, que nos indica hasta qué punto
pensamos que el éxito y/o fracaso depende en mayor o menor medida de uno mismo
o de las circunstancias externas”, señala Armayones. Añade que determinados
aspectos como la formación, la experiencia previa o simplemente aprender viendo
como lo hacen otros pueden tener valor, pero no existe un prototipo de
emprendedor de éxito.
Ana Aceituno es profesora en el máster de dirección de recursos humanos de
Eude y hace cuatro años decidió compaginar su actividad docente con la de
empresaria: dirige una consultora de formación. Su experiencia no mitigó el
pánico inicial. “Cuando emprendes te asaltan todos los miedos. Arriesgas tu
credibilidad, mucho más que cuando trabajas por cuenta ajena”. Su receta
para mitigar ese temor es la flexibilidad, “contar con una estructura que
permita adaptar tus servicios a las circunstancias. Hay que vencer la incertidumbre”.
Ésta es la clave y lo confirma Nuria Sáez, socia directora de la Escuela
InCrescendo y coach senior. Afirma que los que no son capaces de vivir la
frustación son los más proclives al fracaso empresarial: “Los emprendedors
deben vivir las dificultades con cierta distancia, apostar por su visión, por
su sueño... y ser capaces de mantener la calma en los momentos difíciles,
analizar y seguir adelante con su proyecto”.
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